Una interfaz cerebro-máquina es tecnología que le permite a una computadora interactuar y comunicarse con el cerebro. La empresa Neuralink está construyendo interfaces cerebro-máquina, que apuntan a construir un dispositivo con la capacidad de manejar mucha data y el cual pueda ser insertado con una simple cirugía.
Especial por Laszlo Beke
El hecho que Elon Musk, personaje global y fundador de Space X y de Tesla, sea accionista y esté involucrado y promoviéndola la hace particularmente atractiva. El objetivo a corto plazo es construir un pequeño dispositivo robótico que pueda ayudar a personas con condiciones de salud específicas. Sin embargo, a más largo plazo Neuralink quiere conectar el cerebro con computadoras para usos mucho más amplios.
Se trata de hilos increíblemente pequeños que al implantarse en un cerebro conformarían un canal de alta capacidad para comunicación con el cerebro. De hecho, el cerebro utiliza ciertas frecuencias y cierto tipo de umbrales eléctricos para su comunicación interna. Esencialmente, una interfaz cerebro-máquina puede usar la misma electricidad que el cerebro utiliza para funcionar conjuntamente con una serie de electrodos que conectan el cerebro a la máquina. Neuralink está buscando que el proceso de conexión sea mínimo, mientras aumenta masivamente la cantidad de electrodos involucrados.
Elon Musk
Elon Musk mencionó que el proyecto ha permitido que un mono controle un dispositivo de computación con su cerebro y el año pasado Neuralink hizo una demostración de un sistema con 1.500 electrodos conectados a una rata de laboratorio. El proyecto encaja con las conocidas preocupaciones de Musk con respecto a Inteligencia Artificial. Musk ha planteado que considera que IA puede ser más peligrosa que las armas nucleares y que podría convertirse en demasiado poderosa, a una velocidad tal que podría impedir que los seres humanos la controlen. El proyecto pretende permitir el control por parte del ser humano.
Historia
Desde hace 20 o 30 años se ha estado conectando computadoras al cerebro y un ejemplo es la estimulación profunda que se hace con pacientes con Parkinson. Este usa “campos magnéticos para estimular células de los nervios en el cerebro” y también se ha usado para tratar depresión. Braingate, de principios de este siglo, es un dispositivo que traduce el deseo de mover las extremidades desde el cerebro. El RNS Simlator, aprobado en 2013, dispara pequeñas señales eléctricas al cerebro para detener convulsiones en algunos pacientes epilépticos.
Robot rompe-barreras
Una de las principales barreras para la inserción de estos pequeños hilos, más delgados que un cabello, es lograr que traspasen el cráneo y que lleguen al cerebro. Para ello Neuralink ha desarrollado un minúsculo robot que “conecta” a los seres humanos y los electrodos. La idea es que eventualmente la operación sea tan poco intensiva como un procedimiento Lasik en la vista. El robot es una máquina supercomplicada y de alta precisión que es capaz de simultáneamente “capturar” el cerebro y con la precisión similar a una máquina de coser con micro-precisión dirigir el equivalente a una aguja e hilo para colocar los enlaces neurales en la posición exacta basada en las decisiones del cirujano, considerando los lugares seguros donde deben ser insertados dichos hilos.
La salud y el futuro
El amplia área de condiciones neurológicas donde la tecnología Neuralink podría ayudar incluye convulsiones, parálisis, daño cerebral y depresión. Todas pueden ser resueltas con un enlace neural implantable. Lo que los pacientes más desean es independencia y esta tecnología tiene el potencial de proveerla.
Adicionalmente, la tecnología representa una oportunidad para construir una amplia gama de interfaces cerebro-computadora para consumidores, respondiendo así al ritmo de la cada vez más poderosa inteligencia artificial. Se espera poder permitir a las personas “preservar y expandir” sus cerebros y así “crear un futuro mejor alineado”. El objetivo final es crear “una interfaz completa cerebro-máquina” que pueda alcanzar “simbiosis con Inteligencia Artificial”.
Aspectos éticos y sociales
La fusión de seres humanos con computadoras está destinada a introducir una serie de inquietudes éticas y sociales, que deben ser consideradas. Con dispositivos que esencialmente pueden extraer o despojar la data del cerebro – incluyendo estados sicológicos y emocionales – las implicaciones de privacidad para las interfaces cerebro-máquinas son enormes. También los gobiernos pudieran interesarse en usar esta tecnología para interrogatorios e investigaciones.
A medida que se avanza con el proyecto surgen muchas interrogantes: ¿Cómo será tener una interfaz basada en el pensamiento? ¿Habrá que pensar de una forma diferente para enviar y recibir ideas? ¿Habrá que entrenar el cerebro de cierta manera? ¿Cómo se recibirá la información? La lista de retos es inmensa. Es posible que esta tecnología estará disponible solo para los económicamente poderosos creando una brecha tecnológica? Por supuesto, también están presentes los riesgos para la salud, consecuencia de insertar hardware en cerebros humanos.
Se hace referencia a Elon Musk is one step closer to connecting a computer to your brain . También aparece en mi blog https://bit.ly/2ZTlWTd.