La obesidad mórbida en adultos jóvenes (menores de 50 años) multiplica por 14 el riesgo de experimentar complicaciones graves de la Covid-19, según un estudio del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) que publica la revista Obesity.
La obesidad mórbida en adultos jóvenes “podría suponer” un riesgo de magnitud similar a tener más de 65 años, señala la investigación, realizada por el grupo de Jesús Castilla, en el Instituto de Salud Pública de Navarra.
El estudio ha detectado que las personas, en general, con obesidad mórbida tienen el doble de riesgo de ser hospitalizadas por Covid-19 e incluso de tener que ser ingresadas en UCI o fallecer.
Los investigadores analizaron población navarra de entre 25 y 79 años y se plantearon si el hecho de tener obesidad mórbida incrementaba el riesgo de experimentar Covid-19 grave y, en tal caso, si variaba en función de la edad, género o presencia de otras patologías.
Entre todas las personas con obesidad mórbida, se vio que aquellos que eran menores de 50 años tenían “un riesgo notablemente superior” en comparación a personas de su misma edad que no la sufrían.
En concreto, tenían cinco veces más de probabilidades de ser hospitalizados por Covid-19 e incluso 14 veces más de experimentar complicaciones graves de la enfermedad.
Un riesgo que atañe tanto a hombres como a mujeres, e independientemente de si tenían o no otras patologías, explica el CIBERESP en un comunicado.
Tal es la relevancia de tener obesidad mórbida en adultos jóvenes, que los investigadores observaron que estas personas “podrían tener un riesgo similar al que presenta la población mayor de 65 años” que no sufre esa patología.
Castilla ha explicado que este es el primer estudio que encuentra “diferencias importantes” en el efecto de la obesidad mórbida sobre el riesgo y gravedad de la Covid-19 en función de la edad de las personas.
Otra de las firmantes del estudio Ujué Fresán, ha recalcado “la imperiosa necesidad” de implementar más políticas para combatir la otra pandemia de nuestra sociedad, la obesidad, pues tendría beneficios en la lucha de no solo enfermedades crónicas, sino incluso infecciosas.
EFE