Se sabe que el COVID-19 afecta más gravemente a las personas que no estaban saludables del todo antes de contraerlo. Ahora queda claro que, además de la edad avanzada, un alto riesgo lo corren personas obesas, con diabetes, tensión alta y enfermedades cardíacas.
Por infobae.com
El doctor Elmer Huerta, prestigioso oncólogo peruano, médico y comunicador radicado en Estados Unidos, se refirió a esta situación en un podcast especial de la CNN, Coronavirus: Hechos vs. Ficción: “El principal factor para tener riesgo de morir por COVID-19 es la edad. Por otro lado, los estudios señalan también que los hombres tienen el doble de riesgo de morir por coronavirus que las mujeres”.
Las hipótesis basadas en factores de riesgo que se sabe que cambian con el sexo y la edad parecen ser las explicaciones más probables de las diferencias observadas. Estos incluyen diferencias en la ocupación, el estilo de vida (incluido el tabaquismo y el consumo de alcohol), comorbilidades médicas o uso de medicamentos. Estas explicaciones reflejan factores sociales y culturales relacionados con el género más que con la biología del sexo. Las explicaciones genéticas deberán considerar la interacción de la edad, el sexo y los factores de riesgo mencionados anteriormente a lo largo del curso de la vida, incluida la expresión genética y la epigenética.
En este sentido, un nuevo análisis de la prestigiosa revista científica Nature determinó que por cada 1.000 personas infectadas con el coronavirus que tienen menos de 50 años, casi ninguna morirá. Para las personas de cincuenta y sesenta años, morirán alrededor de cinco, más hombres que mujeres. Luego, el riesgo aumenta abruptamente a medida que se acumulan los años. Por cada 1.000 personas de setenta o más años que están infectadas, morirán alrededor de 116. Estas son las duras estadísticas obtenidas por algunos de los primeros estudios detallados sobre el riesgo de mortalidad por COVID-19.
Las tendencias en las muertes por coronavirus por edad han sido claras desde principios de la pandemia. Los equipos de investigación que analizan la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en personas de la población general (en España, Inglaterra, Italia y Ginebra en Suiza) ahora han cuantificado ese riesgo, explicó Marm Kilpatrick, investigadora de enfermedades infecciosas de la Universidad. de California, Santa Cruz.
Pero “la edad no puede explicarlo todo”, según Henrik Salje, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Universidad de Cambridge, Reino Unido. El género también es un factor de riesgo importante, y los hombres tienen casi el doble de probabilidades de morir a causa del coronavirus que las mujeres. Y las diferencias entre países en las estimaciones de mortalidad para los grupos de mayor edad sugieren que el riesgo de morir por coronavirus también está relacionado con las condiciones de salud subyacentes, la capacidad de los sistemas de atención médica y si el virus se ha propagado entre las personas que viven en centros de atención para ancianos.
Según publicó la revista The Lancet, “la opinión predominante es que, aunque el número de casos masculinos no es muy diferente al número de casos femeninos, los hombres tienen aproximadamente el doble de riesgo de muerte por COVID-19, lo que lleva a una variedad de hipótesis, desde estilos de vida hasta diferencias en la estructura cromosómica”.
“Además de la edad y el sexo de la persona, existen otros factores que determinan la tasa de letalidad: son las enfermedades asociadas como la diabetes, la obesidad y las enfermedades del corazón, además de la capacidad de los sistemas de atención médica de los países”, enfatizó Huerta.
“También se sabe que aquellos países que tienen un mayor número de geriátricos o casas de retiro, la propagación del virus aumenta la posibilidad de un mayor número de muertes. En resumen, la tasa de letalidad es un indicador que cambia de país a país y depende, tanto de factores propios de los individuos, como de factores del sistema de salud y de la sociedad donde viven. Lo que sí parece ser universal es que los hombres mayores tienen un mayor riesgo de muerte, en todos los países”, concluyó Huerta.