El presidente Donald Trump, ya recuperado del coronavirus, ha celebrado su inmunidad y se muestra en sus actos de campaña sin mascarilla, lo que ha desatado un debate: ¿debería seguir usándola, aunque no la necesite?
Por Infobae
Científicamente, los médicos han asegurado que no representa riesgo de contagio. “Me siento poderoso, quiero ir y besar a todos en el público. ¡Voy a besar a los hombres y las bellas mujeres!”, celebró en su mitin del lunes en Florida. Por otra parte, algunos críticos indican que debería seguir usándola para enviar un mensaje de prevención a la ciudadanía.
El neurólogo y neurocientífico Michael Segal escribió en Wall Street Journal una columna en la que explicó los motivos por los que el presidente no debería cubrirse el rostro.
Si bien comienza su texto aclarando que todos deberían usarla, por más que hayan o no tenido coronavirus, aseguró que el líder republicano es una excepción a la regla. Segal afirma que por más que un ex paciente tenga ahora inmunidad, el ciudadano común debe seguir portando la mascarilla por dos razones: identificación y verificación.
“Si (un paciente recuperado) entra en una reunión sin máscara, todos lo reconocerán. Pero si entra en una tienda sin máscara, la gente no sabrá quién es. Se preocuparán de que eres un peligro para ellos o concluirán que es socialmente aceptable dejar de tomar precauciones y poner en peligro a los demás”, advirtió. En cambio, Trump es reconocido por toda la sociedad, así como su estado de salud y el diagnóstico sin riesgo de contagio.
Pero Segal también añade un motivo emocional: la esperanza. “Necesitamos anunciar los criterios por los cuales declararemos que esta crisis ha terminado. Muchas de las actuales restricciones de emergencia son sensatas, pero devastadoras. La gente las tolerará mejor si pueden visualizar cómo terminará la crisis. Trump se libera de la necesidad de llevar una máscara que sirve de luz al final del túnel”.
Si bien no se conoce a fondo cómo funciona la inmunidad frente al coronavirus, existe un consenso sobre una protección de algunos meses. Los pocos casos detectados sobre reinfecciones parecen ser la excepción a la regla. Sin embargo, a menos de un año de iniciada la pandemia, es imposible saber si los anticuerpos podrán proteger al organismo durante un tiempo prolongado.