Fue un secuestro extorsivo atípico, peligrosamente novedoso. Por primera vez, según fuentes judiciales, una organización criminal exigió a la familia del cautivo que parte del rescate fuese pagado en bitcoins, la criptomoneda más conocida. Pero las particularidades del hecho continuaron: los investigadores descubrieron que parte de las negociaciones las llevaron adelante delincuentes que llamaban desde Colombia y Venezuela.
Fuentes judiciales confirmaron a LA NACION que el secuestro extorsivo se extendió por cinco días y terminó ayer cuando la víctima fue liberada, después de que su familia pagara el rescate exigido. “Se trató de una suma importante”, sostuvieron los informantes consultados.
La víctima es un joven integrante de una familia propietaria de supermercados de Quilmes. Por el hecho ya fue identificado un sospechoso. Se cree que la “mano de obra” para la ejecución física del secuestro fueron delincuentes venezolanos.
“Se logró identificar a uno de los autores, cuya detención se ordenó, aunque sigue prófugo. Se dispusieron diversos allanamientos y se halló el lugar de cautiverio de la víctima”, informaron fuentes judiciales.
La investigación está a cargo de la fiscal federal de Quilmes, Silvia Cavallo, que cuenta con la colaboración de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (Ufase) y la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), Interviene el juez federal Luis Armella.
“Se trató de un secuestro extorsivo muy complicado para investigar. Tuvimos que pedir la colaboración de la Fiscalía Nacional de Colombia porque se descubrió que las llamadas extorsivas se hacían desde ese país. Los delincuentes comenzaron exigiendo una cifra exorbitante en bitcoins. La familia hizo una serie de pagos de manera electrónica.