El foco estaba puesto en los bancos suizos, mientras Alejandro Betancourt y su primo Pedro Trebbau López movían dinero a través de una pequeña entidad alemana con sede en Suiza: 23 millones de dólares a través de Sal Oppenheim, cuando este estaba en su peor momento y debió ser rescatado por el Deutsche Bank, aparecen en los FinCEN Files. Los llamados bolichicos, que se enriquecieron luego de recibir contratos para resolver la crisis eléctrica de Venezuela, dejaron su estela de sospechas en las oficinas de cumplimiento de una docena de bancos, cuyos informes llegaron al Departamento del Tesoro.
Por MARÍA ANTONIETA SEGOVIA / armando.info
En 2015 todos los ojos parecían estar sobre los llamados bolichicos de Derwick, los jóvenes magnates de la energía salidos casi de la nada que se enriquecieron en la crisis eléctrica que vivió Venezuela hace una década y que persiste como un deja vu con cada parpadeo de la luz.
Ese año el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió a las autoridades suizas asistencia y cooperación para investigar si la empresa Derwick Associates Corporation, y sus socios, empleaban cuentas en bancos de ese país para legitimar capitales vinculados a la corrupción en la petrolera estatal venezolana Pdvsa.
Era solo una de las investigaciones que se les seguía. En marzo de 2015, el ex fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, también solicitó información a 18 bancos suizos sobre las transacciones realizadas por representantes del grupo empresarial venezolano. Investigaba a Derwick Associates Corporation y ProEnergy Services por posibles violaciones de la Ley Bancaria de Nueva York y de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, que sanciona a quienes ofrezcan pagos indebidos a funcionarios de gobiernos extranjeros para obtener ventajas comerciales y contractuales.
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