El arzobispo Wilton Gregory de Washington DC fue uno de los 13 nuevos cardenales nombrados por el Papa Francisco el domingo y se convertirá en el primer prelado negro de los Estados Unidos en ganar el codiciado sombrero rojo.
Por NBC News
Gregory fue elegido por Francis para dirigir la prestigiosa diócesis en la capital de Estados Unidos el año pasado. Se desempeñó tres veces como director de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos.
El cardenal recién electo formaba parte de un selecto grupo de líderes católicos que criticaron al presidente Donald Trump por montar una fotografía frente a la Iglesia Episcopal St. John, cerca de la Casa Blanca, en medio de protestas por la muerte de George Floyd.
El arzobispo Wilton dijo que el Papa anterior, Juan Pablo, “no condonaría el uso de gas lacrimógeno y otros elementos disuasorios para silenciarlos, esparcirlos o intimidarlos para una oportunidad para tomar fotos frente a un lugar de culto y paz”.
El Papa Francisco hizo el anuncio sorpresa desde la ventana de su estudio a los fieles que estaban debajo en la Plaza de San Pedro. Dijo que serían elevados al rango de cardenal el 28 de noviembre.
El reverendo Raniero Cantalamessa, un fraile franciscano y predicador papal durante mucho tiempo en el Vaticano, se encontraba entre los otros nuevos cardenales, junto con el arzobispo de Ruanda Antoine Kambanda y el arzobispo de Filipinas, José Feurte Advincula.
También será elevado el arzobispo chileno Celestino Aos, junto con el franciscano fray Mauro Gambetti, a cargo del Sagrado Convento de Asís.
Cuando fue elegido en 2013, el Papa eligió a San Francisco de Asís como su santo homónimo y, a principios de este mes, viajó a esa ciudad montañosa en Umbría para firmar una encíclica, o documento importante de enseñanza de la iglesia, sobre la hermandad.
Los nuevos cardenales menores de 80 años se unirán a otros cardenales elegibles para elegir al próximo pontífice en un cónclave secreto.
Las reglas de la Iglesia Católica Romana generalmente limitan el número de cardenales electores a 120, pero los papas han doblado ese límite al nombrar más.
El Vaticano no dio detalles de inmediato sobre el concistorio o la ceremonia formal para convertir a los eclesiásticos en cardenales.
Pero podría pasar algún tiempo en vista de las restricciones de viaje que involucran a muchos países durante la pandemia de coronavirus.