El final era anunciado. La salida de Josep Maria Bartomeu resultaba inminente y restaba saber cuándo presentaría su renuncia junto al resto de la comisión directiva del club. Siendo principal blanco en medio del clima hostil propuesto por gran parte de los aficionados del Barcelona, el ahora ex mandatario decidió poner punto final a su ciclo tres meses antes de que se celebraran las elecciones en la institución.
Mucha agua corrió bajo el puente antes de que se arribara a este punto. Y diferentes focos de conflicto con Lionel Messi fueron causas principales para su anticipada salida. Enemistándose con el capitán e ídolo blaugrana, Bartomeu estaba cavando su propia tumba.
LOS 7 PUNTOS DE CONFLICTO ENTRE BARTOMEU Y MESSI
1. La mentira del final de temporada
“La decisión de irme llevaba pensándola mucho tiempo. Se lo dije al presidente y él siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si quería irme o quedarme y, al final, no terminó cumpliendo su palabra. Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, pero se agarraron de que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de mierda y de esta enfermedad que alteró todas las fechas”. La sentencia de Lionel Messi en la entrevista en la que rompió el silencio y confirmó que continuaría fue en referencia a Bartomeu.
El astro argentino confió en la palabra del ex presidente y luego quedó envuelto en un asunto legal que le impidió alejarse del club de toda su vida. Hasta hoy reina la incertidumbre por su futuro allí.
2. La supuesta contratación de una empresa para criticar a los históricos
En febrero de este año la Radio Cadena Ser hizo pública la campaña de difamación que la directiva del Barcelona habría hecho contra dirigentes opositores y futbolistas de su propio plantel a través de una empresa de marketing digital denominada I3 Ventures.
“La verdad que yo lo veo raro que pase una cosa así. Pero decían también que habría pruebas. Habrá que esperar a ver si es verdad o no”, declaró públicamente Messi después de haber escuchado de boca de Bartomeu desmentir esta información. Sin dudas fue otro ítem que no sumó a su relación y profundizó la crisis institucional.
3. Cortocircuitos con sus elegidos Abidal y Setién
Puertas adentro se dijo que Messi nunca estuvo de acuerdo con la salida de Ernesto Valverde de la conducción técnica del equipo. Y tras su partida quien tomó las riendas fue Quique Setién, con quien Leo no tuvo feeling desde el inicio de su ciclo. Eso quedó expuesto en los entredichos que el futbolista tuvo con Eder Sarabia, uno de los colaboradores del cuerpo técnico, incluso en partidos oficiales.
En paralelo, Messi se subió al ring dialéctico con su ex compañero Éric Abidal (ex director deportivo), quien fue crítico con la plantilla del Barça: “Muchos jugadores no estaban satisfechos ni trabajaban mucho y también había un tema de comunicación interna”. El rosarino, a través de las redes sociales, le contestó: “Cuando se habla de jugadores habría que dar nombres porque sino se nos está ensuciando a todos y alimentando cosas que se dicen y no son ciertas”. El francés, más tarde, se retractó y trató de poner paños fríos.
4. Los dichos posteriores al 8-2 en contra ante Bayern Múnich
Inmediatamente después de la humillante eliminación en los cuartos de final de la pasada edición de la Champions League, Bartomeu enfrentó los micrófonos y anunció: “Hay que tomar decisiones; algunas ya las tenemos pensadas”. Incluso en esa misma entrevista le consultaron por la posibilidad de adelantar las elecciones y se limitó a responder que no era un día para “tomar decisiones en caliente”.
Algunos integrantes históricos de la plantilla del Barça, incluido Messi, creen que la junta directiva tenía resueltas varias cuestiones antes del choque con los alemanes y terminaron de pergeñar sus planes con la histórica caída en Portugal. La confianza a esa altura se había perdido por completo.
5. La partida de Luis Suárez
Vaya uno a saber si la determinación de que el uruguayo, socio futbolístico e íntimo amigo de Messi, fuera declarado prescindible había sido tomada antes o después de la derrota 8-2 con el Bayern Múnich en Champions League. Lo cierto es que a Leo lo desestabilizaron con el alejamiento de su confidente y compinche de ataque. Al Pistolero inclusive lo hicieron entrenarse apartado del plantel y, con todo el dolor a cuestas, se alejó.
Fue otra daga al corazón del argentino, que ahora lo enfrentará como rival directo en el Atlético Madrid. Estuvieron juntos hasta las últimas consecuencias y Suárez reconoció haber llorado en los días previos a su último adiós. ”Él sabe lo que nosotros sufrimos, lo mal que la hemos pasado en ese momento”, dijo el charrúa.
6. La filtración de su primera charla con Koeman
La frase de Messi al nuevo entrenador del Barcelona fue una bomba en el mundo del fútbol: “Me veo más afuera que adentro”. El holandés ya había advertido que quería contar con el argentino en su plantilla y la directiva pretendía que cumpliera el contrato que lo une a la entidad catalana hasta junio de 2021. A las pocas horas del primer contacto que el DT tuvo con el capitán blaugrana la noticia se filtró a la prensa local. Esto no le cayó para nada bien al rosarino, que pretendía tener bajo llave su futuro como profesional. No le agradó la actitud de Koeman pero menos que la dirigencia esparciera el rumor para no exponerse al escarnio público, algo que finalmente no pudo evitar.
7. El burofax y la posterior negativa
“Voy a seguir en el club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones”, manifestó Messi frente a la negativa de Bartomeu. El jugador de 33 años jamás barajó la idea de hacerle juicio al club de su vida pero sí expresó su deseo de salida a través de un burofax, palabra que puso se puso de moda en el último mercado de pases. La gota que rebalsó el vaso fue la negativa definitiva por parte del ahora ex mandatario, que cerró las puertas de salida sabiendo que ningún equipo desembolsaría la cifra de la cláusula a menos de un año de la finalización de su contrato. Bartomeu evitó quedar en la historia como el presidente que dejó marchar a Messi pero al mismo tiempo cortó el último hilo de su relación y hundió su último clavo en el ataúd. Su final quedó sentenciado desde ese momento.