Sean Connery, actor que falleció este sábado a los 90 años, fue uno de los grandes mitos del celuloide del Siglo XX. Solo por haber sido el James Bond original, y con el que todos se tienen que medir, ya tendría un hueco garantizado en el paraíso cinematográfica, pero desde el principio Connery supo elegir bien otros papeles para no quedar sepultado bajo el peso de Bond, llegando a trabajar con directores como Alfred Hitchcock, John Huston, Sidney Lumet, Brian De Palma o Steven Spielberg.
James Bond contra Goldfinger (1964)
Ha habido muchos James Bond, pero solo uno de ellos ha sido Sean Connery. Lo que quiero decir es que, cuando se van a cumplir 60 años de la primera película, y estamos a punto de ver un nuevo relevo en el encargado de interpretarlo, Connery sigue siendo la vara de medir de todos los demás. No en vano el propio creador del personaje, Ian Fleming, decidió incorporarle raíces escocesas después de ver a Connery dándole vida. De todas las películas que hizo como 007, la mejor sigue siendo ‘Goldfinger’, y es que si la franquicia no es más que un enorme producto pop y ‘kitsch’, ‘Goldfinger’ es la que mejor la representa, con esos malvados como Goldfinger y su manía de convertir a pin ups en estatuas de oro, Oddjob y sus gorros lanzables o una de las chicas Bond más recordadas, la peligrosa Pussy Galore, interpretada por Honor Blackman, que incluso dio nombre a la primera banda de Jon Spencer. Y, por supuesto, también está la primera aparición de Shirley Bassey cantando el recordado tema principal.
Marnie, la ladrona (1964)
Cuando la productora que tenía contratado a Connery como James Bond comenzó a ofrecerle otros proyectos, la estrella decidió rechazarlos todos, ya que consideraba que no eran sino copias de Bond, así que sus jefes le dijeron “¿qué te gustaría hacer?”, para lo que Connery ya tenía preparada una respuesta “quiero trabajar con Alfred Hitchcock”. Fue así como Connery pudo participar en la que muchos consideran la última gran película del genio del suspense, un drama de tintes psicológicos con Tippi Hedren como co estrella. Una película en la que se mezclan represión sexual con violencia física para deleite de su creador.
La colina de los hombres perdidos (1965)
Desde bien pronto se pudo comprobar que Connery tenía buen ojo para el talento, tras Hitchcock, otro de sus siguientes proyectos, mientras seguía interpretando a Bond, fue esta notable película antimilitarista, dirigida con muy buen pulso por un joven Sidney Lumet. Connery entrega una poderosa interpretación en un drama carcelario duro y sádico, ambientado en la II Guerra Mundial.
El hombre que pudo reinar (1975)
John Huston siempre había querido llevar a la pantalla uno de los libros que más le había fascinado de niño, ‘El hombre que pudo reinar’, escrito por Rudyard Kipling. Intentó sacar el proyecto en varias décadas, siempre con una pareja de actores distinta, pero siempre icónicos, en los 50 fueron Clark Gable y Humphrey Bogart, en los 60 se acercó a Burt Lancaster y Kirk Douglas, finalmente, en los 70 se lo pidió a Paul Newman y Robert Redford. Fue el primero el que le convenció para que cambiara a una pareja de actores británicos, recomendando específicamente a Sean Connery y Michael Caine. No pudo haber elegido mejor dúo, Connery y Caine derrochan química en pantalla, y Huston pudo ver su sueño cumplido, entregando una maravilla escapista, emocionante y divertida que desborda carisma en sus actores protagonistas.
Robin y Marian (1976)
Richard Lester recupera a Robin Hood y a Marian y nos los presenta en plena madurez, con una película muy hermosa y crepuscular, ayudado por su pareja principal de actores, Sean Connery y Audrey Hepburn, y unos secundarios de lujo, Robert Shaw, Richard Harris e Ian Holm. Posiblemente la película más hermosa de la filmografía del actor escocés.
Un puente lejano (1977)
Una superproducción bélica, dirigida por Richard Attenborough, con un reparto de campanillas en el que se incluyen el propio Connery, Michael Caine, Robert Redford, Anthony Hopkins, Liv Ullmann, Maximilian Schell, Gene Hackman, Ryan O’Neal, Laurence Olivier, Elliott Gould, James Caan o Dirk Bogarde. Lo mejor es su atención al detalle, lo malo su duración, casi tres horas, para poder dar cabida a su aluvión de caras famosas.
Los héroes del tiempo (1981)
Una película dirigida por un Monty Python, Terry Gilliam, escrita por un par de ellos, Gilliam y Michael Palin, que cuenta con otro, John Cleese, interpretando a Robin Hood, y en la que el James Bond original, que ya había interpretado a Robin Hood, hace del rey Agamenón. Un lío muy divertido, irregular y gamberro que lleva el sello de Gilliam por todo su metraje.
El nombre de la rosa (1986)
Cuando Jean-Jacques Annaud decidió llevar a la pantalla la gran novela de Umberto Eco, solo se encontró con una reticencia por parte del escritor italiano, ¿cómo demonios iba a interpretar a Fray Guillermo de Baskerville el actor al que todos seguían relacionando con James Bond, si Baskerville no era sino un homenaje a Sherlock Holmes, una especie de anti James Bond? Pero Connery le despejó todas las dudas y demostró que podía ser tan válido para resolver un caso utilizando el intelecto, igual que lo había hecho antes con la acción. Una de las mejores películas de su carrera.
Los intocables de Eliot Ness (1987)
Esta fue la película que le valió a Connery el único Oscar de su carrera, como mejor actor secundario. Y es que el escocés está enorme como tutor y maestro del Eliot Ness de Kevin Costner. Una película vibrante y entretenida con guión de David Mamet, música de Ennio Morricone y una acertada dirección a cargo de Brian De Palma.
Indiana Jones y la última cruzada (1989)
La segunda mejor película de Indiana Jones (‘El arca perdida’ es insuperable) contaba como principal atractivo con la aparición de Connery dando vida al padre de Indy, a pesar de que Connery era solo 12 años mayor que Harrison Ford, y no defraudó para nada. Cogiendo los mismos elementos de siempre, Steven Spielberg entrega una película vibrante y muy divertida. Además, no se si como homenaje a James Bond, la película cuenta con un trepidante prólogo protagonizado por el malogrado River Phoenix.