El Atlético de Madrid dormirá como líder de la Primera Iberdrola a la conclusión de la quinta jornada al imponerse a domicilio al Eibar y aprovechar la suspensión del partido del Barcelona, el único equipo con mejor coeficiente que el conjunto rojiblanco.
Mucho se ha hablado de las bajas que el Atlético de Madrid arrastra desde el inicio de curso y poco de lo bien que Dani González está ensamblando las piezas del puzzle para sacar el mayor rédito posible a un equipo llamado a competir por el cetro liguero. El técnico ha dado con un once tipo que semanalmente retoca con algún ajuste pero que se ajusta a la filosofía de juego que él requiere. En este caso destacable fue la baja de Tounkara por el reciente fallecimiento de su madre, por quien se guardó un minuto de silencio antes de que la pelota echara a rodar.
El técnico madrileño apostó por la dupla Meseguer-Santos para dirigir las riendas de un equipo que jugó prácticamente en campo contrario. El Eibar, un conjunto ordenado y disciplinado, apostó desde el inicio por cerrarse atrás y buscar la velocidad de Adule a la contra. No tardó el cuadro visitante en percutir el muro armero. Lo hizo a balón parado, en un córner botado por Deyna Castellanos que cabeceó Merel a la jaula llegando desde atrás. El gol sirvió para jugar aún más cómodo al cuadro rojiblanco que, sin embargo, no pudo ampliar su renta en el marcador.
El segundo acto siguió el mismo guión: dominio absoluto del Atlético pero el Eibar manteniéndose con vida en el encuentro con el transcurrir de los minutos. Las incursiones de Ludmila y Knaak por banda buscaron dar esa verticalidad al equipo que por minutos necesitó, pero no encontró el premio del remate ni del gol. El Eibar apenas inquietó la meta de Peyraud-Magnin, una espectadora más, y sus llegadas más claras fueron a balón parado. El carrusel de cambios no alteró el sentido de juego ni el marcador, por lo que el duelo se cerró con victoria por la mínima para el nuevo líder de la Primera Iberdrola.