Tras la asunción al poder en Bolivia del presidente Luis Arce, la delegación diplomática del régimen chavista, encabezada por Jorge Arreaza, tomó este martes 10 de noviembre las oficinas e instalaciones de Pdvsa en el país andino.
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Luego de la caída del expresidente Evo Morales, la administración de Jeanine Áñez paralizó las operaciones que sostenía desde 2006 la filial de la petrolera venezolana e inició investigaciones tras detener a su representante, María Palacios, quien intentó huir con 100 mil dólares en un vuelo a Argentina.
Luego del regreso de Morales y la victoria electoral del Movimiento Al Socialismo (MAS), Arreaza instó a retomar las actividades de las instalaciones de Pdvsa en Bolivia.
“La dictadura empezó a perseguirlos a todos”, comentó el vocero chavista en referencia a las experticias de las autoridades de Áñez. Lo acompañó la propia Palacios, quien fue liberada poco después de las elecciones.
Según el vocero chavista, “todo fue para mantener a Pdvsa cerrada, para que no pudiéramos mantener los planes en Bolivia”.
Previamente, Arreaza sostuvo una reunión con el nuevo canciller boliviano, Rogelio Mayta.