El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, inició este lunes en París una gira que, sin que su Administración haya admitido su derrota en las presidenciales, ha sido interpretada en Francia como un tenso viaje de despedida en Europa y Oriente Medio.
Un viaje que le lleva a países que, como Francia, Turquía o Israel, ya han reconocido a Joe Biden como presidente electo, pero que se presenta para Pompeo como una oportunidad para insistir en que, según dijo la semana pasada, la única transición en marcha es la que conduce a un segundo mandato de Donald Trump.
El mandatario francés, Emmanuel Macron, fue uno de los primeros líderes internacionales en felicitar a Biden por su victoria del 3 de noviembre y las imágenes en foto y vídeo de su llamada fueron ampliamente difundidas por el Elíseo, algo poco habitual en estos casos.
De su encuentro con Pompeo, en cambio, no se ha divulgado información ni imágenes. Se trata de una visita “de cortesía”, recalca solamente la Presidencia gala.
Pompeo llegó el fin de semana a la capital francesa y el domingo mantuvo una reunión privada con directivos del centro de estudios Institut Montaigne, con los que discutió asuntos clave de la agenda internacional, desde el terrorismo a la respuesta global a la pandemia.
DESEO DE CONTINUIDAD
“Estados Unidos y Francia han sido socios cercanos desde la fundación de nuestra nación y seguiremos abordando juntos nuestras preocupaciones”, dijo en Twitter tras su visita a ese “think tank” francés.
Pompeo recurrió a esa misma red social para señalar a su llegada a París que Francia es para su país “el amigo y aliado más antiguo” y que ese vínculo está construido en torno a valores comunes como la democracia, la libertad y el Estado de Derecho.
A nivel oficial no ha trascendido ninguna comunicación pública sobre sus reuniones. El Elíseo solo precisó antes de que estas tuvieran lugar que iba a ser recibido por el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, y posteriormente por Macron sin que fuera a haber después declaraciones o un comunicado.
Pero aunque las autoridades francesas reconocen a Biden como presidente electo y según la cadena BFM TV ya han iniciado contactos con su equipo a través de la Embajada francesa en Washington y de los consejeros del jefe del Estado galo, Le Drian es pragmático a la hora de asumir que “hasta el 20 de enero” su homólogo es Pompeo.
El ministro francés avanzó el viernes también en BFM TV que su Ejecutivo quería transmitirle que Estados Unidos no debería acelerar la retirada de sus tropas en Afganistán e Irak ante el riesgo de acrecentar la desestabilización de ambos países.
AMPLIA AGENDA INTERNACIONAL
El terrorismo, la situación en Oriente Medio o la relación con China fueron otros puntos de la agenda prevista. Washington había precisado además que en el menú de sus conversaciones también figuraban la acción transatlántica en cuestiones económicas y de seguridad.
“Estados Unidos solo nos respetará como aliados si somos serios con nosotros mismos y soberanos con nuestra propia defensa”, dijo Macron este domingo en una entrevista con la revista “Le Grand Continent”.
El cambio de inquilino en la Casa Blanca, a su juicio, es “una oportunidad para continuar de forma totalmente pacífica y tranquila lo que los aliados entre sí deben entender”: la necesidad de que Europa siga construyendo su autonomía, igual que lo hacen Estados Unidos o China.
Cinco años después de los atentados de 2015 contra la sala Bataclan y varios bares de París, en los que fallecieron 130 personas y cuyo aniversario se cumplió el viernes, Pompeo incluyó en su agenda un pequeño homenaje al depositar una corona de flores ante el monumento en memoria a las víctimas del terrorismo.
Este viaje “de despedida”, según lo ha calificado el diario Le Monde, finalizará el 23 de noviembre.
Turquía, Georgia, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudí se sucederán como los próximos destinos de esa ruta que incluye encuentros con líderes religiosos como el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I.
Una ruta que le lleva a países que ya se han posicionado del lado de Biden, desde el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que dijo estar deseando trabajar con él para “fortalecer aún más la alianza especial”, hasta el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que ha mostrado su disposición a una cooperación “sólida”. EFE