Los posibles restos esqueléticos de un hombre rico y su esclavo que intentaron escapar de la muerte por la erupción del Vesubio hace casi 2.000 años han sido descubiertos en Pompeya, informaron este sábado funcionarios del parque arqueológico en Italia.
Partes de los cráneos y huesos de los dos hombres fueron encontrados durante la excavación de lo que alguna vez fue una elegante villa con una vista panorámica del mar Mediterráneo en las afueras de la antigua ciudad romana destruida por la erupción del volcán en el 79 d.C. Es la misma zona donde se encontró un establo con los restos de tres caballos enjaezados en 2017.
Funcionarios de Pompeya afirmaron que los hombres aparentemente escaparon de la caída inicial de ceniza del Monte Vesubio y luego sucumbieron a una poderosa explosión volcánica que tuvo lugar la mañana siguiente. La última explosión “aparentemente invadió el área desde muchos puntos, rodeando y enterrando a las víctimas en cenizas”, dijeron las autoridades en un comunicado.
Los restos de las dos víctimas, acostados uno al lado del otro sobre sus espaldas, fueron encontrados en una capa de ceniza gris de al menos 2 metros de profundidad.
Como se ha hecho cuando se han descubierto otros restos en el sitio de Pompeya, los arqueólogos vertieron tiza líquida en las cavidades, o en el vacío, dejado por los cuerpos en descomposición en la ceniza y piedra pómez que llovieron desde el volcán cerca de la actual Nápoles y que demolió los niveles superiores de la villa.
La técnica, pionera en el siglo XIX, ofrece la imagen no solo de la forma y posición de las víctimas en medio de la muerte, sino que hace que los restos “parezcan estatuas”, aseguró Massimo Osanna, arqueólogo y director general del parque arqueológico operado bajo la jurisdicción del Ministerio de Cultura italiano.
A juzgar por los huesos craneales y los dientes, uno de los hombres era joven, probablemente de entre 18 y 25 años, con la columna vertebral con discos comprimidos. Ese hallazgo llevó a los arqueólogos a plantear la hipótesis de que era un joven que hacía trabajos manuales, como el de un esclavo.
El otro hombre tenía una estructura ósea robusta, especialmente en el área del pecho, y murió con las manos en el tórax y las piernas dobladas y separadas. Se cree que tenía entre 30 y 40 años, dijeron funcionarios de Pompeya. Además se encontraron fragmentos de pintura blanca cerca de la cara del hombre, probablemente restos de una pared superior derrumbada, agregaron las autoridades.
Ambos esqueletos fueron encontrados en una habitación lateral a lo largo de un pasillo subterráneo, conocido en la época romana antigua como criptoporticus, que conducía al nivel superior de la villa.
“Las víctimas probablemente buscaban refugio en el criptoporticus, en este espacio subterráneo, donde pensaban que estaban mejor protegidas”, señaló Osanna.
En cambio, en la mañana del 25 de octubre del 79 d.C., una “nube ardiente (de material volcánico) llegó a Pompeya y mató a quien encontró en su camino”, indicó Osanna.
Basándose en la impresión de los pliegues de la tela que quedan en la capa de ceniza, parece que el joven llevaba una túnica corta y plisada, posiblemente de lana. La víctima mayor, además de llevar una túnica, parecía tener un manto sobre el hombro izquierdo.
El monte Vesubio es aún un volcán activo. Mientras continúan las excavaciones en el sitio cerca de Nápoles, los turistas actualmente están excluidos del parque arqueológico por las medidas nacionales anti-COVID-19.