Una ardilla visitó el pasado viernes la casa de Kathleen Morlok en Inver Grove Heights (Minesota, Estados Unidos) e inesperadamente se emborrachó al darse un festín con unas peras que la mujer había dejado para su cerdo sin sospechar que ya habían fermentado.
Por: Actualidad RT
Cuando el animal volvió a por más comida los efectos de la embriaguez se hicieron demasiado obvios: empezó a tambalearse y se quedó embobado mirando fijamente al cielo, pero no desistió de su manjar y siguió comiendo.
Morlok contó a Daily Mail que aquel día estaba limpiando la nevera y en el fondo encontró una bolsa muy vieja de peras. Entonces en lugar de tirarlas a la basura, tiró dos a la terraza para su cerdo, Hamlet. Sin embargo, la mascota se comió solo una y dejó la otra debajo de la mesa. La ardilla aprovechó la ocasión, agarró el fruto y huyó con el trofeo a los árboles.
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