José Antonio Godoy es un joven venezolano, que como muchos otros, mostraba en sus redes sociales el gusto por el deporte extremo, imágenes familiares y compartir con amigos. El pasado domingo, la publicación de una fotografía suya con un mensaje impactante en ella en su cuenta de Instagram, rompió con ese balance para siempre. José había sido víctima de pederastia y decidió compartirlo con el mundo.
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“Cuando era apenas un niño y que mi única inquietud era montar bici o desarmar cuanta cosa me encontraba en el camino, me topé con un pervertido que marcó mi vida”, era la frase que servía de preámbulo para un relato espeluznante que en minutos se viralizó.
José Antonio explicaba en la publicación que su peor pesadilla inició cuando apenas tenía 11 años de edad y su presunto agresor 24. El hombre era un allegado de la familia, quien al ser guía de un campamento y familiar político de otros miembros de su familia, se le abrieron las puertas de su casa rápidamente.
Se ganó la confianza de todos, cuenta José en su escrito. Era una persona con quien salía a pasear, comer pizza, montar bicicleta e ir a partidos de béisbol. Era más que un amigo, como él lo describe. Era su ídolo.
Esta persona se ofreció inclusive a asistirle en clases particulares en el hogar por las dificultades que presentaba José Antonio con las matemáticas. Y fue entonces cuando el abuso comenzó. El pequeño fue condicionado mientras su agresor le mostraba videos de pornografía infantil. Era tocado bajo la insistencia de que todo era normal.
“Sabía que algo no estaba bien y aun así me quedé callado y lo único que hice fue decirle a mi mamá que me cambiara de profesor. Me fui del país pero el trauma me acompañó. Me mantuve callado esperando que el tiempo borrara lo que pasó y tratando de no darle importancia a algo tan grave para normalizar la relación ya que él era cercano a la familia. Me acompañó también la vergüenza, la culpa y sobretodo la rabia”, escribía José en su cuenta de Instagram.
Godoy había decidido esa noche del domingo quitarse el papel de víctima, como lo expresó y asumir la responsabilidad de alertar al entorno del involucrado. Explicó que con su escrito buscaba ayudar a todo el que estuviese sufriendo en silencio este tipo de agresiones. “Ustedes no son culpables de lo que les haya podido pasar y hablarlo es quitarse una tonelada de encima”, sentenció.
Tras compartir su testimonio, José invitó a visitar el link www.niunomas.info para evitar que se repitan hechos como este y ponerle nombre y apellido al agresor con otros testimonios.
Guillermo Rodríguez Medina fue el primero en sumar su historia, aunque no el único. José Antonio comentó en los siguientes post que el portal había sido atacado luego de su lanzamiento y que por ello evitaba mencionar nombres o contenido personal de ajenos en las plataformas. En estos post, algunos otros compartieron sus propios relatos en los comentarios.
“Hermano, te admiro muchísimo por tu valentía. Tengo 25 años y fue hasta el año pasado que pude afrontarlo todo hablándolo con mis padres. LH por desgracia es un primo lejano mío y tuve episodios parecidos al tuyo durante mi infancia. Así que si, también fui víctima y también me costó asimilarlo todo a medida que iba creciendo. Eres mi héroe por haber hecho esto. Fuerza bro”, era uno de ellos.
José Antonio comunicó que no imaginaba el impacto y alcance que obtuvo con su testimonio. “Abrí una puerta que no me imaginaba lo que traía atrás. Me encontré con un Tsunami de personas que han estado afectadas igual que yo y me identifico con ellos. De verdad siento que esto sea tan común. Inclusive esto me da más fuerza aún para seguir alertando”, dijo.
Días después de que el movimiento #NiUnoMás haya tomado impulso, se pudo conocer que el Ministerio Público solicitó orden de aprehensión en contra del acusado, por la presunta responsabilidad de abuso sexual contra menores. Luego de ello, el Tribunal 26 del Circuito Penal Judicial del Área Metropolitana de Caracas será el encargado de tomar decisión sobre el caso.
De acuerdo con el expediente Mp- 225207-2020, el sujeto está siendo investigado por el delito de abuso sexual a adolescente con penetración, previsto y sancionado en el artículo 259 con el agravante 217, ambos de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.