Los restos de la leyenda Diego Armando Maradona llegaron al cementerio para ser sepultados durante una ceremonia íntima en un cementerio en la periferia de Buenos Aires, tras un velatorio caótico en la Casa Rosada (sede de Gobierno) con incidentes en varias calles de la ciudad.
Bajo un fuerte dispositivo de seguridad, con tropas antimotines flanqueando las puertas del cementerio Jardín Bella Vista, al noroeste de Buenos Aires, el cortejo fúnebre, con su exmujer Claudia Villafañe y sus hijas Dalma y Giannina, ingresó a la necrópolis, donde también están sepultados los restos de los padres del ‘Pibe de Oro’, Doña Tota y Don Diego.
Inmediatamente después cerraron las puertas y los policías antomotines se pararon frente a los portones.
“Estoy que reviento de emoción. No puedo creer que después de conquistar el mundo, Diego eligiera venir a descansar acá a Bellavista”, dijo entre lágrimas, Luis Casas, un mecánico de 56 años, que se colgó de la reja de una casa para ver pasar a la caravana fúnebre.
El velatorio público finalizó una hora y media antes de lo previsto, ante una serie de incidentes en las calles y el caos provocado por muchos hinchas que hicieron fila durante más de ocho horas para despedirse del ’10’.
En la Casa Rosada, y ajenas a los pedidos de que se extendiera el velatorio, su exmujer y sus hijas dieron “un último adiós” al ícono argentino a cajón abierto, contó a la AFP una fuente gubernamental.
En los alrededores de la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires, se agolparon miles de fanáticos descontrolados que se negaban a abandonar el lugar. La policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a grupos de personas concentradas en las principales arterias céntricas de la ciudad. Algunos se defendían con piedras y botellas.
Muchos hinchas se negaban a quedarse sin ingresar a la Casa Rosada para despedirse del campeón mundial de México-1986, cubierto con la bandera argentina y las casacas de la Albiceleste y de Boca Juniors con el número ’10’.
La decisión de cerrar el velatorio se tomó luego de que fanáticos invadieran los patios internos de la Casa Rosada lo que obligó a retirar el féretro de la capilla ardiente.
En un principio se había programado un velatorio de 10 horas a pedido de la familia y ante la enorme afluencia de gente se resolvió extenderlo, pero los incidentes volvieron para atrás la decisión.
– “Diego es pueblo” –
Con los puños en alto o la mano en el corazón, miles de fanáticos despidieron a lo largo del día al ídolo fallecido el miércoles a los 60 años por un paro cardíaco.
“Yo pensé que Diego era inmortal, pensé que nunca se nos iba a morir. Siento una tristeza terrible, una persona que nos hizo tan pero tan felices”, señaló Antonio Avila, un chofer de autobus de 63 años y vecino de la humilde localidad de Bella Vista, donde se localiza el cementerio.
“No me importa lo que digan los demás, yo te sigo a todas partes, cada día te quiero más”, se leía en su bicicleta.
Silvia Hernández, vendedora de empanadas, aún no digiere la noticia.
“No lo podemos asimilar, por eso estamos acá, para darle gracias, Era el Robin Hood nuestro”, aseguró.
Según el resultado preliminar de la autopsia, el excampeón albiceleste sufrió una “insuficiencia cardíaca aguda”.
Su abogado, Matías Morla, calificó de “criminal idiotez” la tardanza de las ambulancias en llegar a la vivienda del ídolo del fútbol y solicitó una investigación “hasta las últimas consecuencias”.
“Es inexplicable que durante 12 horas mi amigo no recibiera atención ni control por parte del personal de salud”, dijo el abogado en un comunicado que difundió en redes sociales.
Explosiones de aplausos, cánticos, gritos y bocinazos se sucedieron durante todo el día.
– Conmoción mundial –
Su muerte provocó una conmoción mundial con una catarata de mensajes de pésame desde todas partes del mundo.
Con un peregrinaje silencioso y conmovedor delante de la curva B del estadio San Paolo de Nápoles, cientos de napolitanos despidieron al ídolo de una ciudad que se identifica con su extravagante y a la vez trágica vida.
“No nos esperábamos su muerte. Nosotros no escogimos a Maradona, fue él que escogió Nápoles”, confiesa emocionado Gino, de 48 años.
Desde el Barcelona, Real Madrid, Manchester United o Liverpool, entre otros tantos: todos los clubes más importantes del mundo se sumaron a la despedida.
– Deterioro físico –
Maradona estaba convaleciente de una operación por un hematoma en la cabeza desde el 3 de noviembre. Su salud era muy delicada y atravesaba un nuevo síndrome de abstinencia.
Se lo había visto mal el día de su cumpleaños el 30 de octubre, cuando reapareció de su confinamiento por la pandemia en la cancha de Gimnasia y Esgrima, equipo que dirigía.
Su vida personal estuvo plagada de escándalos. Tenía cinco hijos, dos de ellas, Dalma y Gianinna, con su exesposa Claudia Villafañe. Había malestar de la familia con el entorno que tenía en los últimos tiempos.
Sus otros hijos, que tuvo con otras tres mujeres, son Jana, Diego Junior y Diego Fernando.
Los excesos y las adicciones fueron el origen de las emergencias de salud que lo llevaron varias veces al borde de la muerte.
Hacía años que Maradona había superado la adicción a las drogas duras. Pero su entorno advertía que seguía consumiendo alcohol, medicado con tranquilizantes y ansiolíticos. | Por Maria Lorente / AFP