En una Venezuela con más del 96% de la población empobrecida, aparece una clase que se beneficia de las políticas estatales que vienen fortaleciendo el mercado del lujo en el país socialista. Son los ricos que aparecieron durante el gobierno de Nicolás Maduro. Parecen ignorar las dolencias sociales, evidenciadas por las personas que buscan comida en la basura, mientras conducen por carreteras llenas de baches en vehículos blindados importados que pueden costar más de 85,000 dólares.
Por: Elianah Jorge | Rfi
Traducción libre al castellano por lapatilla
Entrar al “bodegón” Cine Citta es transportarse a otro mundo. Los importadores de este tipo han proliferado en el país desde que el presidente Maduro facilitó las importaciones a los empresarios locales . La nueva política puso fin a años de escasez de productos industrializados. Sin embargo, fortaleció la dolarización de facto del país cuya moneda nacional vale, hasta el momento, 917.739,52 menos que la moneda estadounidense , según la cotización del Banco Central de Venezuela.
Este almacén, que ocupa alrededor del 70% de un centro comercial de la capital venezolana, ofrece los productos importados más ricos y de la más alta calidad. Desde chocolates Lindt hasta varias marcas de whisky, quesos finos que pueden costar 1,400 dólares la pieza, o incluso un árbol de Navidad artificial a un precio de 600 dólares .
Una realidad que parece más una ficción, si se tiene en cuenta que el salario mínimo, de 800 mil bolívares, vale menos de 1 dólar (así es: 1 dólar).
Según Encovi – Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, realizada por la Universidad Católica Andrés Bello , alrededor del 79% de los venezolanos no pueden pagar la canasta básica de alimentos . Otro hecho alarmante es la pobreza, que afecta al 96% de la población.
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