Una mujer que vivió hace 600 años en los días del imperio inca, cuyos restos fueron hallados por obreros mientras instalaban tuberías de gas en una polvorienta calle de Lima, maravilla a los arqueólogos peruanos.
Wayaw (sauce en quechua), como la llamaron los arqueólogos, tenía unos 20 años, medía 1,48 metros y al parecer murió por causa natural.
Era una hilandera, como miles de humildes trabajadoras peruanas de hoy, dijo a la AFP la arqueóloga Cecilia Camargo, encargada de la excavación.
“Es un descubrimiento para nosotros asombroso, nos conectó directamente con nuestro pasado”, agregó.
Aunque el hallazgo se realizó en 2018, recién fue anunciado esta semana tras finalizar los estudios arqueológicos, que incluyeron la reconstrucción digital del rostro y que se habían retrasado por la pandemia del coronavirus.
Wayaw fue bautizada como la ‘Dama del Sauce’ por los vecinos de San Juan de Lurigancho, el populoso distrito del noreste de Lima donde fue encontrada, y donde miles de precarias viviendas improvisadas se amontonan en medio de desérticos cerros.
Esta zona es habitada principalmente por familias de la sierra andina, que llegaron hace tres décadas a Lima huyendo de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso.
– “Como muchas mujeres actuales” –
El cráneo de la mujer tiene una deformación, algo típico de ciertos pueblos del Antiguo Perú, que colocaban tablillas, paños y sogas en la cabeza de los niños como rasgo de identidad.
“Este personaje fue una artesana, no de élite, que se dedicaba a una labor tan noble como es el tejido, con técnicas que hasta hoy se preservan”, comentó Camargo, la arqueóloga jefa de la empresa de distribución de gas natural Cálidda.
“Ella era como muchas mujeres actuales que trabajan en tejidos en San Juan de Lurigancho”, destacó Camargo.
La ley de Perú obliga a las empresas que hacen excavaciones, como Cálidda, a contar con los servicios de arqueólogos, debido a que con frecuencia aparecen vestigios precolombinos en el subsuelo de la costa peruana.
Solo en Lima existen más de 400 sitios arqueológicos, incluidas decenas de huacas o sitios ceremoniales.
– Prendedores de plata –
“El Sauce fue un centro poblado que se dedicaba a la agricultura, a la orfebrería y pastoreo [hace 600 años]. Era un espacio de control del Imperio Inca”, explicó a la AFP el arqueólogo independiente Julio Abanto, que trabaja en San Juan de Lurigancho.
El descubrimiento de los restos “es bastante emocionante porque es una pieza más que le devolvemos a las perdidas hojas de nuestra historia. Es un orgullo saber que vivimos en una tierra que tiene mucha historia”, agregó.
La mujer estaba en posición fetal y en su fardo fúnebre había textiles y objetos decorativos, como un prendedor de plata y brazaletes con conchas de mariscos, algo típico de los pueblos de la costa peruana que fueron conquistados por el imperio inca, que floreció en los siglos XV y XVI.
Los huesos de los hombros y cadera estaban desgastados, señal de que trabajaba como tejedora o hilandera.
– “Nos representa” –
La ‘Dama del Sauce’ tiene nariz aguileña, cara alargada y labios gruesos, según la imagen digital que hicieron los arqueólogos.
La estudiante universitaria Anely Martínez, que trabaja con Abanto, se vistió con un traje, manta y faja de lanas similares a las que usaba Wayaw hace 600 años, a modo de ilustración para los medios de comunicación.
“Wayaw nos representa en su totalidad, porque es una mujer trabajadora que ha salido adelante con su talento, que fue hilar”, dijo Martínez mientras recorría con el equipo de la AFP la calle donde los obreros hallaron el esqueleto, a solo 40 cm bajo el pavimento.
En tiempos prehispánicos, lo que ahora es San Juan de Lurigancho era gobernado por el Curaca o Señor de Ichma (Lima), con centro en Pachacámac, al sur de la ciudad.
El señorío se extendía desde el río Rímac, que cruza el centro de Lima, al valle del río Lurín, al sur de la capital.
El esqueleto de Wayaw y los utensilios serán entregados al Ministerio de Cultura, que determinará dónde serán expuestos. AFP