El anfitrión de la orgía ilegal de Bruselas del viernes pasado en la que 25 hombres fueron multados por no respetar las normas anti-covid no sabía que en la bacanal participaba el eurodiputado húngaro József Szájer, uno de los fundadores del partido ultraconservador húngaro Fidesz.
“Siempre invito a mis fiestas a algunos amigos, que luego traen a otros y nos lo pasamos bien juntos. Hablamos un poco, bebemos algo, como en un café. La única diferencia es que mientras tanto también tenemos sexo unos con otros. No veo nada de malo en ello”, declaró al diario Het Laatste Nieuws David Manzheley, el joven de 29 años que organizó el encuentro.
El escándalo llevó a dimitir y pedir disculpas a Szájer, de 59 años, que además de miembro destacado del Fidesz del primer ministro, Viktor Orbán, y esposo de una jueza del Tribunal Constitucional de Hungría, es también uno de los redactores de la Constitución húngara de 2011, que describe el matrimonio como el enlace entre un hombre y una mujer, con lo que veta las bodas homosexuales.
Manzheley relata cómo “de pronto” la policía apareció en el salón del apartamento el viernes por la noche, hacia las 21.30 hora local, según la Fiscalía, y los agentes pidieron la documentación a los presentes.
“Pero no teníamos ni calzoncillos. ¿Cómo podíamos enseñarles nuestra documentación?”, agrega el anfitrión.
El periódico ilustra la entrevista con una fotografía de la habitación de la calle Rue des Pierres del centro de Bruselas de la que Szájer escapó por una cañería de desagüe hiriéndose las manos cuando llegó la policía, que le identificó gracias a que un testigo vio los hechos y encontró una pastilla de éxtasis en su mochila.
“No usé drogas. Ofrecí a la policía que me hicieran un test inmediatamente y no lo hicieron. Según la policía, encontraron una pastilla de éxtasis, pero no es mía y no sé quién o cómo la colocó”, declaró ayer, martes, el eurodiputado, que había dimitido repentinamente el domingo y tras conocerse el escándalo publicó un comunicado pidiendo perdón.
En la estancia se aprecia una cama de matrimonio con somier bajo, un colchón en el suelo, ropa colgada en un perchero, una mesa de escritorio y lo que aparenta ser un bote de gel hidroalcohólico.
“Tuvimos mucho cuidado. Todo el mundo había pasado ya el coronavirus”, agrega Manzheley, estudiante de doctorado, que posa en el “selfie” con mascarilla, una gorra negra y una camiseta amarilla y agrega que “mucha gente está harta ya del confinamiento”.
El joven explica que la regla para participar en encuentros como el del viernes pasado, en el que había también diplomáticos que asimismo vulneraron las normas de restricciones sociales impuestas para frenar la pandemia, es que los invitados hayan pasado el coronavirus y que “no presenten ningún síntoma”.
“También había dos enfermeras presentes y ellas tampoco pensaban que hubiera ningún peligro”, añadió.
La Fiscalía ha abierto una investigación contra Szájer por presunta “vulneración de la legislación sobre narcóticos”, si bien informó en un comunicado de que el avance de esta depende de que el político sea despojado de su inmunidad parlamentaria.
EFE