A escasos días, de llevarse a cabo la gran farsa, mucho venezolano aun duda de su actuar. Sin embargo, está convencido sobre el por qué no debe participar en un proceso que ya presagia su fracaso, por el desencanto y la falta de confianza.
Pero demos un vistazo a lo que ha sido la historia electoral en nuestro país, la construcción de la cultura electoral en Venezuela tiene una larga historia. Desde el siglo XIX, pero es en el XX, en el año 1940, aproximadamente, en las últimas cuatro décadas del siglo, cuando se da la etapa de su más intensa razón.
La cultura electoral de un país es un aspecto de su historia política. Es un conjunto de orientaciones psicológicas de los ciudadanos de una sociedad, en relación con la política. Las elecciones de un país, cualesquiera sean estas, implican un marco legislativo e institucional llevado a cabo en un tiempo determinado, con una amplitud en torno a cuántos habitantes pueden participar y por supuesto, con prácticas reales, de lo cual resultará la efectividad que los ciudadanos asignen a la importancia de votar. Asimismo le otorgará credibilidad al votante, para que su voluntad sea debidamente registrada y respetada, y por supuesto todo enmarcado dentro de lo positivo, lo que determinará que la práctica de participar en las votaciones, de sufragar en ellas, sea exitoso.
Pero… todo lo anteriormente expuesto, nos lleva a determinar:
¿Estarán estas elecciones convocadas a cumplir históricamente con dichos parámetros?
Sin lugar a dudas que no.
Es por ello, que hoy más que nunca, el llamado es a todo aquel venezolano, que le duela su país, no asistas al fraude electoral del 06 de diciembre, no te hagas participe de esta farsa, Venezuela requiere hoy más que nunca de un esfuerzo contundente, plausible y lleno de acciones reales.
La Operación para la Paz y la Estabilización es el camino lo que plantea la dictadura es un fraude, no una elección, por lo tanto, el llamado es a no participar.
Un llamado, donde se reparten cajas de CLAP, donde se incita al venezolano a participar a través del chantaje y el soborno, donde se amenaza al venezolano con expresiones de “si no votas, no comes” no demuestra ser un proceso espontáneo, por el contrario, develan hechos de violaciones de derechos políticos y ciudadanos, comenzando por la mismísima falla de origen de la conformación del CNE, la confiscación de tarjetas electorales, el uso de medios de comunicación del Estado para la propaganda política, la desinformación en cuanto al sistema automatizado, las auditorías que no cumplen con los requisitos, entre otros procesos amañados, demuestra ahora más que nunca, la condición manipuladora y criminal del régimen
Solo una cosa es bien cierta, este fraude es la prórroga de un régimen en el poder a sabiendas que la oferta de apoyo internacional se mantiene; que la esperanza de un cambio a través del voto es prácticamente nula, con una “oposición” dividida y cohabitando con el propio régimen. El venezolano pierde la fe. De allí, que el camino es la Operación de Paz y Estabilización; Venezuela y los venezolanos no aguantan otra oxigenación al régimen.
El cuentito de “cese a la usurpación” “gobierno de transición” y “elecciones libres”, ya no cala en la mente del venezolano, esto se muestra irrelevante.
Es claro que en Venezuela no hay un evento electoral competitivo ni sano pues no cumple con las condiciones democráticas mínimas; no se elige en “Dictadura”. El venezolano considera que el VOTO, no es un instrumento de lucha, la solución a una salida ya, es la OPE.
Los venezolanos estamos muy decepcionados de todo: de la elección, de la protesta, de la marcha, de la negociación, de las luchas, hasta de los mercenarios, porque es que acá ha habido de todo. Y todo ha fracasado.
El camino para una salida airosa es la conformación de una coalición internacional que despliegue una Operación de Paz y Estabilización en Venezuela (OPE), cuyos objetivos se enmarcan en:
a) Control del territorio, seguridad y desarme; b) Asistencia humanitaria primaria; c) Reconstrucción de la infraestructura de emergencia y de los servicios públicos; d) Restauración de la ley y el orden; e) Promoción del Estado de Derecho y, f) Reinstitucionalización democrática del país.