El magnate de la moda Peter Nygård fue detenido este martes en Winnipeg, donde se hallan las oficinas centrales de su compañía, Nygård International. El proceso se llevó a cabo bajo el tratado de extradición entre Canadá y Estados Unidos, donde según detallaron fiscales a The New York Times se encuentra acusado de los delitos de “tráfico sexual, crimen organizado y otros delitos que involucran a docenas de mujeres, entre ellas menores de edad”.
Por Infobae
El “Hugh Hefner de Canadá”, como lo apodaban, podría pasar a ser, a los 79 años, el Harvey Weinstein o el Jeffrey Epstein de Canadá. Se encuentra imputado por “un patrón de conducta delictiva que duró décadas” y se extendió más allá de Canadá: a los Estados Unidos y las Bahamas, donde Nygård tiene un resort al que asistieron como invitados el príncipe Andrew, políticos estadounidenses y estrellas de Hollywood.
“Los fiscales dijeron que Nygård usó la influencia de su empresa y sus empleados para ‘reclutar y mantener víctimas a mujeres, tanto adultas como menores de edad’, durante un periodo de 25 años para su propia gratificación sexual y la de quienes lo rodeaban”.
La detención es consecuencia de la demanda colectiva que presentaron 10 mujeres a mediados de febrero en los tribunales de Nueva York, donde se halla una de las sedes de la marca del empresario, cuyo patrimonio es de USD 777 millones. Lo acusaron de violencia sexual y argumentaron que él “reclutaba, atraía y persuadía a mujeres jóvenes y menores de edad, fáciles de impresionar y a menudo pobres, con pagos en efectivo y promesas falsas sobre lucrativas oportunidades de modelar”, pero —según informó en marzo Chatelaine— “su verdadera intención era el ataque sexual y la violación”.
Otras mujeres se fueron sumando a las denuncias desde los Estados Unidos, Canadá y las Bahamas, hasta llegar un total de 57 acusadoras. Los presuntos hechos a los que se refieren datan de hasta 1977 y algunas dijeron haber sido violadas a los 14 o los 15 años.
Según la fiscalía, Nygård agredió sexualmente a algunas de sus presuntas víctimas, mientras que otras fueron atacadas o drogadas por personas de su entorno “para asegurarse de que cumplieran con sus demandas sexuales”.
A esta causa se sumó que, a mediados de agosto, dos de los hijos de Nygård se presentaron también ante el Tribunal de Distrito Sur de Nueva York para demandar a su padre por haber hecho arreglos para que ellos fueran violados por en la adolescencia. Según el texto de la acusación, Nygård ordenó a una de sus antiguas novias, “una conocida trabajadora sexual”, que “los hiciera hombres”, citó The Cut, lo cual implicó estupro ya que los hijos del magnate tenían 14 y 15 años respectivamente.
Además de acusar al padre de “tráfico sexual”, los demandantes —cuyas identidades se mantienen en reserva— argumentaron que la empresa familiar “conspiró, colaboró, facilitó y ayudó a encubrir las violaciones, proporcionando dinero y recursos corporativos”.
No es la primera vez que Nygård enfrenta denuncias de esta naturaleza. Según The New York Times, “a lo largo de las cuatro últimas décadas nueve mujeres en Canadá y en California le han hecho juicio o lo han denunciado a las autoridades”. El resultado siempre ha sido idéntico: “Nunca fue condenado”.
Además de las demandas en Nueva York, tanto las de las 57 mujeres como la de sus hijos, Nygård tiene otras dos causas abiertas, también civiles, por ataque sexual, presentadas ante los tribunales de Los Angeles en enero. Y en Bahamas, agregó CBC, las autoridades también investigan hechos similares que podrían haber sucedido en la casa del diseñador en el extremo occidental de la isla.
Hace más de 50 años el fundador de Nygård International —que renunció a sus responsabilidades en la compañía en febrero, cuando la justicia comenzó a investigarlo— compró una pequeña casa de ropa femenina por unos pocos miles de dólares, la relanzó y la convirtió en una industria de múltiples marcas con su sede central en Winnipeg y oficinas de importancia en Nueva York y Toronto. Sus productos se venden en grandes almacenes populares y cadenas como Walmart, Costco, Winners y Belks; algunas, como Dillard’s, cancelaron su contrato cuando se presentó la demanda de las 57 mujeres.