Refugiados venezolanos en Trinidad y Tobago: Infierno en un paraíso fiscal

Refugiados venezolanos en Trinidad y Tobago: Infierno en un paraíso fiscal

Aranza, hermana de Maroly Bastardo, quien murió con su familia en un naufragio el 3 de junio de 2019, rumbo a Trinidad y Tobago.

 

Era la medianoche del 6 de diciembre, cuando en el puerto de Güiria empezó la nueva tragedia de la crisis humanitaria en Venezuela. Desde allí partieron esa noche hacia Trinidad y Tobago tres botes de pescadores, llamados “peñeros”, abarrotados de niños, mujeres y hombres, huyendo del flagelo del hambre.

Por: DW

“Lamentamos la muerte de por lo menos 34 refugiados venezolanos, entre ellos 10 personas familiares y cercanas a nuestro equipo de trabajo para la Asamblea Nacional de Venezuela”, revela a DW Marco Pavodani, diputado por el estado de Sucre, en el cual se encuentra Güiria, el puerto sobre el Golfo de Paria, que queda a unos 80 kilómetros de Port of Spain, la capital del Estado isla de Trinidad y Tobago. Entre los muertos se encuentran antiguos sindicalistas y líderes comunitarios venezolanos.

Violación de los derechos del refugiado

Padovani, diputado de la coalición política Alternativa Popular Revolucionaria (APR), que participa en las elecciones del 6 de diciembre, y es “defensora del proyecto chavista originario”, rechaza la conducta de las autoridades de Trinidad y Tobago y denuncia el incumplimiento de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados del 19 al 22 de noviembre de 1984. El parlamentario va más allá, y acusa: “Trinidad y Tobago viola flagrantemente el artículo 33 de la Convención de Naciones Unidas sobre los refugiados, que prohíbe su expulsión y devolución. En efecto, este estipula que “ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”.

Pero en Port of Spain, la capital de Trinidad y Tobago, no parecen escuchar tampoco a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el 24 de noviembre pasado expresó su “preocupación” tras la desaparición de más de un centenar de migrantes o refugiados venezolanos en solo un año. La CIDH exhortó a Trinidad y Tobago a “garantizar el ingreso” de venezolanos “que buscan protección internacional por razones humanitarias”. En noviembre,19 niños que estaban a punto de atender una diligencia jurídica para legalizar su estadía cuando fueron metidos en un bote y lanzados al mar.

“Salvajismo estatal” contra los refugiados

“Lanzar al mar a los venezolanos que buscan refugio en Trinidad y Tobago es un salvajismo”, dice, por su parte, a DW el también parlamentario Carlos Valero, presidente de la subcomisión de la Asamblea Nacional que investiga las desapariciones entre Venezuela y Trinidad Tobago, en donde hay unos 40.000 venezolanos que han encontrado refugio. Valero cree que el Gobierno de Trinidad y Tobago ha llegado a acuerdos con el régimen de Nicolás Maduro, a expensas de los venezolanos que huyen a ese país. Según Valero, “cada día 800 venezolanos abandonan su país hacia todos los puntos cardinales, aunque se carece de una cifra sobre los que salen por mar”, toda vez que no cruzan ningún punto fronterizo que los registre. Por lo que pide a la Unión Europea, de cuyos países Venezuela acogió a cientos de miles de refugiados en su tiempo, “apersonarse más de esta crisis humanitaria, que ya es una crisis de refugiados, los que son vistos como enemigos, tanto por Trinidad y Tobago como por el mismo régimen venezolano”.

El legislador Valero rechaza vehementemente la creencia de que “la tragedia de los refugiados haya sido provocada por las sanciones contra el entorno de Nicolás Maduro, porque antes de las sanciones ya la economía había sido destruida. Y la principal razón por la gente huye de Venezuela es el hambre”, subraya.

¿Cuánta influencia tienen las mafias de la trata de personas en la ruta Venezuela-Trinidad y Tobago? “Las mafias en Venezuela son una consecuencia de la crisis, y estas se alimentan de la desinstitucionalización”, dice Valero a DW, y agrega que en Güiria nadie puede obtener combustible sin que lo provean las autoridades”.

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