Niño Jesús, te escribo esta carta para agradecerte todo lo que haces por nosotros cada segundo. Consciente (hasta donde mi humanidad me permite) de tu labor celeste y de lo ardua de tu responsabilidad para con la existencia, así como del inmenso sacrificio que como adulto realizaras por saldar nuestras cuentas, y de darnos la oportunidad de entender nuestra inmensa capacidad de amor, te escribo este (para nada original) texto, infundido de veneración y esperanza en la vida y el porvenir.
¡TE DOY LAS GRACIAS!
Por regalarme la vida y la de todos aquellos que cada día se levantan a existir y a ejercer su acción transformadora de la realidad.
Por el Ciclo de Polibio y su moraleja.
Por los hermosos colores de los cielos venezolanos y sus lunas increíbles.
Por darme una familia amorosa y tierna: Liana, Antonio, Zoraida, Fernando, mi David Santiago, mi Antonieta Angélica, mi Francisco Emiliano, mi Jalime y mis hermanos, tíos y demás seres que comparten mi transcurrir y me colman de voluntad transformadora.
Por darme salud y rebeldía ante los poderosos, abusivos de su autoridad política, académica y del orden público. También por demostrar que más de aquello que no funciona no resuelve nuestros problemas. Tenemos dos: presidentes, asambleas, tribunales supremos y demás poderes públicos y el país sigue su deterioro indetenible. Así mismo, te agradezco haberme mostrado que “EL VOTO” es el verdadero camino y la herramienta más poderosa para construir nuestra democracia, y que hay muchas razones para tener esperanza.
Por mis crecientes amigos. Ellos potencian mi acción transformadora, mis fuerzas y mi capacidad de autocrítica.
Por permitirme compartir mis opiniones a mi amado país, a través de la generosidad, la tolerancia y el afecto de “lapatilla.com”, “El Nacional”, “Notitarde” e “Impacto Venezuela”.
Por darme la posibilidad de formar a las pujantes generaciones de futuros comunicadores sociales y personal militar en materia económica; y así brindarles herramientas críticas para el análisis de nuestra realidad.
Por volverme un socializador de la necesidad de garantizar el suministro de “Bienes Públicos Globales” y de trascender el “enfoque nacional” de la atención a los problemas de tal naturaleza. De pasa palo te agradezco el resultado de las elecciones de los Estados Unidos de Norte América, y te pido que el nuevo gobierno logre destrancar lo conducente a las acciones coordinadas de orden mundial para lograr estos objetivos. Te pido que inflames de luminosidad incandescente las mentes de aquellas personas que no entienden este tema y que, por una terrible mezcla de ignorancia e inmodestia, lo despachan como quien bota la basura (conozco varios profesores así, te anexo la lista).
Por crear las condiciones necesarias para compartir con mis queridos lectores. Por fortalecer este hermoso esfuerzo que significa “Termómetro Económico” tanto en su versión comunicacional, así como Academia Virtual. También te agradezco mi programa radial a iniciar en enero del año 2021.
Te agradezco por cierto, el dejar en evidencia todas las mentiras de las cuales fue víctima el mundo, pero especialmente el pueblo venezolano: para el 2021 se suponía según el PSUV que el país sería una potencia mundial. El desencanto de la mentira es el inicio de la acción transformadora, de la cual somos perfectamente capaces los venezolanos.
Hay tanto que agradecer: LA SALUD. GRACIAS DIOS, por nuestros valientes médicos que capean el vendaval pandémico sin los insumos necesarios y que son unos verdaderos héroes, al mejor estilo de las narraciones poéticas de Homero.
Estos han sido años difíciles para muchos, no sólo en Venezuela, sino en todo el mundo. Años donde los cantantes han cantado desde los balcones de sus casas, y han dado conciertos y los poetas han compartido sus textos a través de las redes sociales (gracias por las redes y la tecnología) donde los actores han hecho videos caseros y los periodistas han creado estudios en sus salas para brindarnos el entretenimiento y las noticias. Los humoristas han hecho audios increíbles, las familias han compartido y compartirán estas navidades por whatsapp, zoom y demás plataformas. Los emprendedores han realizado maromas tremendas para enfrentar la falta de servicios públicos, políticas públicas de apoyo y la tremenda realidad económica. Las madres se han perfeccionado en la administración de los recursos del hogar y las familias han sumado esfuerzos desde lo minúsculo. Nos hemos visto obligados a desapegarnos de los objetos (muchas veces innecesarios) para darle valor a lo más esencial y que dábamos por sentado (hoy nada está dado por sentado). Hemos aprendido a amar a aquellos que existen y transcurren en vida al lado nuestro a pesar de las diferencias; así hemos aprendido a ser más tolerantes. Ahora nos despierta interés la naturaleza y queremos aprender de economía. Esta imagen me transporta al poema de Walt Whitman “Oigo cantar a América”.
Mucho que agradecer Niño Jesús. Jamás podré hacer que mi agradecimiento entre en este espacio. Espero estar a la altura que demandan tus enseñanzas y la realidad que me rodea. Todo lo aprendido lo voy a utilizar para transformar positivamente mi realidad y la de quienes puedan beneficiarse de ella en este 2021. TE LO PROMETO.
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