Los demócratas ganaron el miércoles en Georgia una reñida contienda por un escaño en el Senado de EEUU y llevaba ventaja en el segundo puesto en juego, acercándose al control de la cámara, que, a su vez, permitiría avanzar con los objetivos políticos del presidente electo Joe Biden cuando asuma el cargo este mes.
El aspirante demócrata Raphael Warnock venció a la actual senadora republicana Kelly Loeffler, según proyectaron las cadenas de televisión y Edison Research. Por otro lado, el demócrata Jon Ossoff mantenía una estrecha ventaja sobre el republicano David Perdue en la otra de las contiendas, con un resultado final que no se espera hasta la tarde del miércoles.
Con un 98%, Warnock aventajaba a Loeffler por 1,2 puntos porcentuales, unos 50.000 votos, mientras que Ossoff aventajaba a Perdue por más de 12.000 votos, según Edison Research.
Los demócratas deben ganar ambas contiendas para tomar el control del Senado. Una doble victoria demócrata dividiría el Senado 50-50, con el voto de desempate en manos de la vicepresidenta electa Kamala Harris cuando ella y Biden asuman el cargo el 20 de enero. El partido ya cuenta con una reducida mayoría en la Cámara de Representantes.
Si los republicanos ocupan el segundo escaño, ejercerán efectivamente el poder de veto sobre los nombramientos políticos y judiciales de Biden, así como sobre muchas de sus iniciativas legislativas en áreas como las medidas económicas para mitigar el impacto de la pandemia del coronavirus, el cambio climático, la atención sanitaria y la justicia penal.
La mayoría de los votos que quedan por contar se encuentran en condados en los que Biden ganó en noviembre, con aproximadamente 13.000 votos en el condado de DeKalb, de tendencia demócrata, cerca de Atlanta, según estimaciones de Edison Research, lo que alimenta el optimismo demócrata sobre una victoria en Georgia. Ningún demócrata había ganado una carrera por el Senado de EEUU en ese estado sureño en 20 años.
“Nos dijeron que no podíamos ganar estas elecciones. Pero esta noche, demostramos que con esperanza, trabajo duro y la gente a nuestro lado, todo es posible”, dijo a sus partidarios Warnock, un pastor de la Iglesia Baptista, en un mensaje en vivo antes de ser proyectado como ganador.
“Voy al Senado a trabajar por toda Georgia, sin importar por quién hayan votado en estas elecciones”.
Warnock se convertirá en el primer senador estadounidense negro de Georgia y Ossoff, a los 33 años, será el miembro más joven del Senado si gana.
Estas cruciales elecciones han atraído a unos 4,5 millones de votantes —un récord para una segunda vuelta—, junto con casi 500 millones de dólares en gastos de publicidad desde el 3 de noviembre y las visitas el lunes del presidente republicano Donald Trump y de Biden.
Incluso si logran asegurar una ligera mayoría en el Senado, Biden y los demócratas podrían tener dificultades para avanzar en algunas prioridades legislativas en el Senado, donde la mayoría de los proyectos de ley deben superar el umbral de 60 votos en una cámara de 100 escaños.
La segunda vuelta de las elecciones en Georgia, una rareza de la ley estatal, fue necesaria porque ningún candidato en ninguna de las dos contiendas obtuvo más del 50% de los votos en las elecciones generales de noviembre.
El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, dijo que los responsables electorales se tomarían un descanso durante la noche pero que reanudarían el recuento el miércoles por la mañana. “Esperemos que para el mediodía tengamos una mejor idea de dónde estamos”, dijo en la cadena CNN.
Perdue es un exejecutivo de Fortune 500 que ha servido durante un mandato en el Senado. Loeffler, uno de los miembros más ricos del Congreso, fue nombrado hace un año para ocupar el puesto de un senador que dejó el cargo. Reuters