Buena parte de la comunidad internacional y la ONU fustigaron este jueves la detención de 53 opositores pro-democracia en Hong Kong, detenidos en nombre de una draconiana ley sobre la seguridad nacional.
Las potencias occidentales criticaron esta “severa represión” y el “terrible ataque” contra las libertades, teóricamente garantizadas en este territorio semiautónomo hasta 2047, por el principio “Un país, dos sistemas” acordado por China y la expotencia colonial Reino Unido.
Más de un millar de policías procedieron en la madrugada del miércoles a la detención de 53 personalidades de la oposición, entre ellos un abogado estadounidense, acusados de “subversión” en el marco de esta ley, vigente desde fines de junio, y que prevé severas penas de cárcel, incluso la cadena perpetua.
Este jueves, el activista prodemocracia Joshua Wong, uno de los rostros más conocidos de la oposición, y que está detenido por su papel en las manifestaciones de 2019, fue encausado por otro cargo, el de “subversión”.
Muchos de los detenidos el miércoles fueron puestos en libertad bajo fianza al día siguiente por la noche. Entre ellos, un antiguo miembro del parlamento local, Kwok Ka-ki, para quien “este lugar (Hong Kong) se está volviendo irreconocible y aterrador”.
– Presiones internacionales –
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, exigió el jueves la puesta en libertad “inmediata” y “sin condiciones” de las 53 personas detenidas. Agregó que “Estados Unidos no permanecerá con los brazos cruzados mientras que los habitantes de Hong Kong padecen la opresión comunista”.
La víspera, en Washington, Anthony Blinken, nombrado por el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, para dirigir el Departamento de Estado, calificó los arrestos de “ataque” contra los “derechos universales”.
Por su parte, China hizo un paralelismo entre las escenas de caos en el Capitolio de Washington y las manifestaciones por la democracia en la antigua colonia británica.
En un comunicado, la representación china ante la ONU en Ginebra criticó igualmente la “interferencia en la soberanía y los asuntos internos” del país.
La Unión europea pidió la “liberación” de los detenidos y amenazó con adoptar “sanciones”, mientras Francia criticó la “continua degradación” de la situación en la excolonia británica.
La operación del miércoles es el último golpe contra la disidencia desde mediados de junio, cuando el poder central chino decidió intervenir para terminar con las inmensas manifestaciones pro-democracia que sacudieron al territorio en 2019.
“Eso demuestra muy claramente y de manera no equívoca el control que ejerce el gobierno chino en Hong Kong”, declaró a la AFP Dylan Loh, un experto de la política china en la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur.
“No hay que hacerse más ilusiones, el gobierno central es el que manda”, agregó.
A los detenidos se les incrimina la organización de elecciones primarias de la oposición en julio pasado, en las que participaron unas 600.000 personas, con el claro objetivo de obtener la mayoría en las elecciones legislativas de septiembre de 2020.
Finalmente, el gobierno, que había proscrito a numerosos candidatos independientes, decidió aplazar las elecciones debido a la pandemia de coronavirus.
Las primarias habían ofuscado al poder central de Pekín que consideró que se trataba de “derribar” y “paralizar” al ejecutivo de la isla y una amenaza para la seguridad nacional.
Las personalidades detenidas el miércoles pertenecen a un espectro muy amplio del movimiento prodemocracia. Van desde exparlamentarios cono James To, Andrew Wan, Lam Cheuk Ting o Claudia Mo, hasta militantes más jóvenes como Gwyneth Ho, ex periodista de 30 años, o Tiffany Yuen, consejera de distrito de 27 años.
– La ley de seguridad –
Entre los detenidos el miércoles figuraba el abogado John Clancey, residente permanente en Hong Kong y especializado en temas de derechos humanos, primer estadounidense detenido en virtud de la ley de seguridad nacional.
La policía de Hong Kong puede detener a cualquier persona durante 48 horas, pero luego debe presentarla ante un juez o liberarla.
La ley de seguridad aprobada en junio está destinada a reprimir la subversión, la secesión, el terrorismo y la colusión con fuerzas exteriores.
El gobierno chino había dicho que estaba destinada a combatir a una “pequeña minoría” de personas, pero rápidamente se utilizó para silenciar a la oposición a través de decenas de detenciones.
En el año 2020, numerosos dirigentes del movimiento pro-democracia fueron detenidos y encarcelados, mientras que otros se exiliaron.
AFP