Artífice de narcotúneles pertenecía a la “división de ingeniería” del Cártel de Sinaloa

Artífice de narcotúneles pertenecía a la “división de ingeniería” del Cártel de Sinaloa

FOTO: ARMANDO MONROY /CUARTOSCURO

 

Entre 2006 y 2015, autoridades de Estados Unidos detectaron en la frontera con México 80 de los llamados “narcotúneles”, la mayoría tenían un nombre: Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien fincó gran parte de su imperio criminal gracias a sofisticadas obras de ingeniería que le permitieron mover miles de toneladas de droga.

Por Infobae





La construcción de túneles que usó el Cártel de Sinaloa, de acuerdo con el gobierno de EEUU inició en los estados de Baja California y Sonora y después se extendió hasta Culiacán, en su natal Sinaloa donde los usaba para esconder drogas, armas, dinero y escapar de las autoridades, ya que a través de este sistema estaban interconectadas al menos seis de sus propiedades en la ciudad.

Detrás de estas obras de ingeniería se encuentra un personaje llamado Avelino Isunza, aparentemente desconocido en el mundo del narcotráfico, pero muy familiar para el Cártel de Sinaloa.

Su nombre salió a relucir en el juicio contra Guzmán Loera en Brooklyn, Nueva York en el que fue encontrado culpable de 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero y sentenciado a cadena perpetua más 30 años adicionales de prisión.

De Isunza existe poca información, pero su nombre salió a la luz cuando Jesús “El Rey” Zambada, testigo de la fiscalía y quien fuera jefe de plaza de Sinaloa en la capital del país, dijo que era “muy importante” para “El Chapo”, además de ser “un hombre muy inteligente”, como lo menciona en su libro “El juicio: Crónica de la caída del Chapo”, el periodista Jesús Esquivel.

El túnel por que el que Guzmán Loera escapó del Altiplano en 2015 (Foto: Cuartoscuro)

 

Los túneles fueron usados como evidencia de que el Cártel de Sinaloa contaba con una especie de división de ingeniería, que no ha sido tan investigada como los brazos armados, pero no por ello era menos importante para Guzmán Loera.

Los descubrimientos de distintos túneles han permitido a las autoridades constatar que cuentan con aire acondicionado, electricidad y rieles que muestran un trabajo de ingeniería que dio la vuelta al mundo en julio de 2015 cuando el narcotraficante se fugó a través de un túnel que conectaba con su celda en la prisión de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.

La obra, de un kilómetro, conectaba con el baño de la celda y tenía el espacio suficiente para que Guzmán Loera pudiera trasladarse en cuestión de minutos en una motocicleta al final del túnel.

Días antes de su segunda captura, el 22 de febrero del 2014, “El Chapo” logró huir de un operativo en Culiacán a través de un túnel que conectaba el baño con el sistema de drenaje pluvial.

El 17 de febrero de ese año, según información de la Secretaría de Marina de México, Guzmán huyó de la casa ubicada en calle Río Humaya 130, en la colonia Guadalupe, hacia el río Humaya, luego de caminar más de tres kilómetros por los tubos que canalizan el agua de lluvia.

En incautaciones realizadas en los días posteriores, las autoridades encontraron mecanismos similares en siete de 19 propiedades relacionadas con el narcotraficante.

Las siete conectaban a la tina con el drenaje, contaban con luz eléctrica, escaleras y hasta esclusas de acero -puertas de seguridad- que impedían el paso del agua de lluvia a las construcciones que le daban un lapso de entre 8 a 15 minutos para escapar.

Gracias al sistema de Avelino Isunza incluso fue posible construir fuentes transfronterizos como el que conectaba a San Diego, en California, con Tijuana, en México, descubierto el 10 de agosto de 2014 en la Mesa de Otay.

El subterráneo contaba con electricidad, ventilación y un sistema de rieles que permitía mover vagones con droga de un país a otro. En declaraciones a la agencia de noticias AP, autoridades vincularon la construcción transfronteriza con “El Chapo” y el Cártel de Sinaloa.