Holanda impone toque de queda y prohíbe vuelos a Sudamérica y Reino Unido

Holanda impone toque de queda y prohíbe vuelos a Sudamérica y Reino Unido

Los clientes mantienen distancia social mientras hacen cola fuera de un coffee shop que tiene permitido abrir para venta de cannabis para llevar, en Nimega, Holanda, el 31 de marzo de 2020 (REUTERS/Piroschka van de Wouw/Archivo Foto).

 

El Gobierno neerlandés en funciones anunció este miércoles que impondrá un toque de queda por las noches y limitará a una persona el máximo de visitantes a una casa, además de prohibir temporalmente los vuelos entre Países Bajos y Reino Unido, Sudáfrica y varios países de Sudamérica por temores a la nueva cepa.

La mayoría de estas medidas sólo podrán entrar en vigor con el respaldo del Congreso neerlandés, a quien el Ejecutivo espera dar explicaciones sobre las restricciones esta misma tarde, antes de confirmar la aplicación de las medidas, que restringirán aún más el actual confinamiento total, en el que solo permanecen abiertos los servicios esenciales.

En una rueda de prensa, el primer ministro Mark Rutte explicó que, para evitar una tercera ola, pedirá al Parlamento la aplicación de un toque de queda, que entraría en vigor a partir del próximo sábado o domingo, y hasta al menos el 9 de febrero, y se aplicará desde las 20.30 horas hasta las 4.30, con una multa de 95 euros en caso de violación de la prohibición de salir a la calle en ese horario.

Durante el toque de queda, los ciudadanos sólo podrán salir en algunas excepciones, entre ellas por motivos laborales, siempre que se cuente con una declaración del empleador, y para pasear a sus perros, pero solo podrá hacerlo una persona, sin compañía de otros miembros de la familia.

“Tenemos que prepararnos una vez más, tenemos que asegurarnos de luchar juntos contra este virus”, subrayó Rutte, para justificar la introducción de restricciones adicionales en un país que se encuentra con toda la actividad no esencial y los colegios cerrados desde mediados de diciembre.

A partir del 23 de enero, los viajeros que lleguen desde países considerados de alto riesgo para el coronavirus deberán realizar también una prueba rápida antes de acceder al país, aunque siguen estando obligados a certificar una PCR negativa desde el país de origen, antes de subirse al avión.

También habrá una cuarentena obligatoria de diez días para los viajeros, lo que hasta ahora solo era una “recomendación urgente” cuyo cumplimiento no se vigilaba, algo que tendrán que acordar el gobierno y el Congreso, por lo que, hasta entonces, se prohíben los vuelos entre países de fuera de la zona Schengen, donde la nueva cepa está ya fuera de control.

Estos países incluyen Reino Unido, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

El ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, prometió acelerar la campaña de vacunación, a la cola del resto de la Unión Europea, por lo que solo se almacenarán la mitad de las segundas dosis que deberán inyectarse en el futuro, mientras que el resto se usará para poner una primera vacuna a más ciudadanos.

EFE.

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