La Ciudad de México siempre ha hecho gala de una situación de aparente excepcionalidad en materia de combate a la delincuencia organizada. Ahí, los gobiernos han enfatizado que, a diferencia de otras entidades azotadas por la violencia, en la capital mexicana no hay y y no operan cárteles de la droga.
Sin embargo, ni sus virtuosos cuerpos de seguridad, fiscalía profesional y avispados funcionarios han evitado que los grupos criminales izen su bandera en la metrópoli.
Este viernes, el presidente del Consejo Internacional de Empresarios, Martín Rodríguez Sánchez, fue asesinado en una de las zonas más importantes de la CDMX, la colonia Nápoles, alcaldía Benito Juárez.
Según la tarjeta informativa de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México, durante el tiroteo, una mujer resultó lesionada por impacto de arma de fuego, y un efectivo de la Policía Bancaría e Industrial (PBI), que fungía como escolta de Rodríguez Sánchez, murió.
La mujer herida fue llevada a un hospital con una lesión en la pelvis; mientras que el empresario que perdió la vida en el lugar, presentaba impactos de bala en el cráneo, abdomen y fémur. En tanto, el escolta fue trasladado a un hospital cercano con un impacto de arma de fuego en la pelvis, fémur izquierdo, espalda y brazo izquierdo, donde más tarde falleció.
De acuerdo con los primeros reportes, Martín Rodríguez Sánchez salía de un gimnasio ubicado en la zona cuando dos sujetos, que viajaban a bordo de una motocicleta color negro, le dispararon a quemarropa.
De los hechos se dio parte al agente del Ministerio Público, en tanto los uniformados de la SSC acordonaron el lugar en espera de los servicios periciales.
En la Ciudad de México, la brutal violencia relacionada con el narcotráfico ha sido dramáticamente marcada por decapitaciones, enfrentamientos armados, y asesinatos de decenas de civiles y funcionarios gubernamentales.
Los cárteles de la droga han promovido su expansión en actividades ilícitas, como la extorsión, el secuestro por rescate y el robo, lo que plantea un desafío para el gobierno de Omar García Harfuch.