Rusia ratificó hoy la prolongación por cinco años del Nuevo START tras anunciar el Kremlin un acuerdo con EEUU para salvar a pocos días de su expiración el último tratado de desarme nuclear entre las dos potencias.
“Sin duda, este es un paso en la buena dirección (…)”, dijo hoy en el Foro de Davos el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha advertido de que la carrera armamentística en el mundo “está en marcha” desde que EEUU abandonara en 2002 el Tratado Antimisiles y después otros acuerdos de control de armas.
Los expertos temían que la expiración del Nuevo START el próximo 5 de febrero llevase a una nueva carrera de rearme nuclear, ya que por primera vez desde 1972 no habría ningún acuerdo de control de armas atómicas entre las dos mayores potencias nucleares del mundo, que tienen un 90 % de todas las armas nucleares en el planeta.
EL PARLAMENTO RESPALDA LA PROLONGACIÓN
El mandatario ruso pronunció estas palabras poco después de que ambas cámaras de la Asamblea Federal rusa ratificaran por unanimidad en un trámite exprés la extensión del Nuevo START por cinco años, un procedimiento que activó el martes por la noche Putin tras una conversación telefónica con el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden.
“Esta es una decisión importantísima (…). El mundo estaba a las puertas de una carrera armamentística”, dijo Viacheslav Volodin, presidente de la Duma (Cámara Baja) antes de la votación.
Su homóloga en el Senado, Valentina Matviyenko, sostuvo tras la ratificación que “cuando se trata de la estabilidad y seguridad mundial, Rusia y EEUU pueden mostrar enfoques responsables, pragmáticos y llegar a acuerdos”.
La llegada del demócrata a la Casa Blanca cambió las perspectivas y aceleró la voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo antes del día 5, posibilidad que parecía prácticamente impensable bajo la Presidencia de Donald Trump, que insistía en sentar a la mesa también a China y en incluir las nuevas armas rusas en la prórroga.
La respuesta de Rusia era exigir que en ese caso también se incluyeran en las negociaciones a Francia y al Reino Unido, las otras potencias nucleares declaradas de Occidente y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
LA LLEGADA DE BIDEN DESATASCA LAS NEGOCIACIONES
Tras la investidura de Biden el pasado día 20, tanto el Kremlin como la Casa Blanca declararon su disposición a prolongar el Nuevo START por cinco años, una opción contemplada en el tratado firmado en 2010 en Praga por los entonces presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev.
Menos de una semana después, el embajador de EEUU en Rusia, John Sullivan, y el jefe negociador ruso, el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov, intercambiaron en Moscú el martes notas diplomáticas que formalizaron un acuerdo que el Kremlin anunció ya de noche en Rusia.
El tratado finalmente se extenderá “sin precondiciones” ni adiciones, tal y como había exigido Moscú, señaló hoy Riabkov.
El Nuevo START, que incluye un sistema de inspección de los arsenales, reduce en un 30 por ciento el número de cabezas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos, entre otras limitaciones.
“Esperamos poder aprovechar este tiempo (de la prolongación) para iniciar negociaciones en profundidad con EEUU sobre el futuro del control de armas (…)”, sostuvo el viceministro ruso.
UN DIÁLOGO FUTURO ABIERTO A TODO
La inclusión o no en cualquier tratado futuro de las armas hipersónicas, incluidas las estadounidenses, formará así parte de un nuevo diálogo que Moscú y Washington tendrán que entablar si quieren negociar un sucesor al Nuevo START a partir de 2026.
Rusia propone a EEUU ampliar “la agenda estratégica e incluir en ella todas las armas ofensivas y defensivas, tanto nucleares como no nucleares, capaces de resolver tareas estratégicas”.
La parte rusa quiere además, según Riabkov, renovar su propuesta para una moratoria al despliegue de misiles de medio y corto alcance tras la salida del EEUU del tratado INF entre ambos países en 2019.
En cualquier caso, el Gobierno ruso es consciente de que la prolongación del tratado de desarme nuclear entre ambas potencias no significa automáticamente una mejora de las relaciones bilaterales, en su punto más bajo desde la Guerra Fría, según algunos analistas.
“Sé que las relaciones no mejorarán porque han sido arrastradas a un callejón sin salida y las diferencias son enormes en muchos asuntos”, señaló Riabkov. “No hay condiciones para replantearlas, por ahora”, zanjó el tema el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.
EFE.