El gobierno la llama “confinamiento inesperado” pero para otros el nombre que le cabe es “emboscada”. La estrategia que lleva adelante Hong Kong para contener la propagación del coronavirus está envuelta en una polémica debido a los malos tratos denunciados.
Por La Nación
Durante los últimos diez días, escuadrones de la Policía pusieron en marcha operativos que bloquean zonas residenciales enteras sin previo aviso y con dureza. Imágenes que se hicieron virales mostraron a docenas de oficiales corriendo por una calle, desplegando un rollo de cinta para acordonar un edificio y a sus ocupantes, mientras los transeúntes intentaban saltar por fuera del camino.
Todo para evitar que el brote siga en aumento. “Al estilo de una emboscada”, aseguran ciertos habitantes de la región administrativa especial china que fueron encerrados en sus casas con llave, de acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian.
Tras el confinamiento obligado los pasos a seguir son solo dos: hacerse una prueba de Covid-19 o a ser multados con 645 dólares.
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