Activistas y defensores de los migrantes presionan al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que acelere los cambios en política migratoria porque dos semanas después de su toma de posesión, su Gobierno no ha adoptado medidas concretas más allá de la revisión de las que durante cuatro años aplicó la Administración del exmandatario Donald Trump.
“Llevamos semanas diciéndole a la gente que tengan paciencia”, dijo en una teleconferencia Linda Rivas, directora ejecutiva de Las Américas Immigrant Advocacy Center, en El Paso (Texas).
“No hemos visto cambios en la frontera. Hay personas que viven a escondidas, tienen miedo porque han sido víctimas de la violencia y eso no para porque la Administración tenga que hacer sus revisiones”, agregó.
El problema de la inmigración, que incluye la presencia en el país de unos 12 millones de indocumentados, compite ahora por prioridades cuando Biden debe reactivar la economía en medio de una pandemia que ha causado más de 446.000 muertes, y el Senado se dispone a comenzar el segundo juicio político a Trump.
Grupos de activistas se congregaron hoy en Freedom Plaza, a dos cuadras de la Casa Blanca, y dieron testimonio de sus penurias en la travesía desde que escaparon de la violencia y la pobreza en sus países hasta los campamentos junto a la frontera estadounidense.
El martes Biden firmó tres decretos sobre migración que “trajeron sentimientos de esperanza para miles de personas desesperadas, pero también un sentimiento de desesperación por conseguir pasos concretos que ayuden a familias”, señaló Susie Haslett, directora de FWD.Us, un grupo en Brownsville, Texas.
“Urgimos al Gobierno a que implemente un plan para procesar a las familias víctimas del programa ‘Quédate en México””, añadió Haslett en referencia a la decisión aportada por Trump desde 2019 que ha obligado a decenas de miles de personas que llegaron a la frontera sur a pedir asilo, a hacerlo en México y América Central.
El día de su investidura, Biden firmó otros decretos que ofrecen una senda para la legalización y, eventualmente, la naturalización de unos 12 millones de indocumentados que ya están en el país, y de los beneficiarios de los programas DACA y TPS. Pero la política de Biden en materia de asilo no se ha definido aún.
La vocera de la Casa Blanca, Jean Psaki, reconoció este martes que el Gobierno necesitará tiempo para “reparar el daño y las acciones horribles” de la administración anterior en materia migratoria, y pidió paciencia porque “esto no ocurrirá de un día para otro”.
En una entrevista con Efe, Susan rice y Jake Sullivan, designados como asesores de Biden en política nacional y seguridad nacional, indicaron antes de la asunción de Biden que el nuevo Gobierno demoraría meses en restablecer los trámites de los pedidos de asilo en la frontera con México.
EFE