“Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o perecer juntos como necios”. Martin Luther King
El valimiento es un delito, incurre en esa conducta delictiva quien se vale de su proximidad con un funcionario público para influir en decisiones en las cuales tiene interés, bien sea para favorecer o perjudicar, así vemos a personas que amenazan, intimidan o amedrentan porque tienen a un jefe policial, militar o político de su lado, en el caso que les voy a comentar a continuación es un juez que se presta para que un ciudadano le haga la vida de cuadritos a la madre de su hija, una mujer que se ve desvalida ante la administración de justicia pese a recurrir a los canales regulares y ejercer debidamente acciones judiciales con un sólo fin, evitar que su ex pareja, a la brava, se quede con la niña que procrearon.
La madre de esta historia se llama Yanira Carolina Mulato Legón, Cédula de Identidad Nº V17.511,650, quien enfrentó dos demandas en el estado Aragua el año 2019, las cuales fueron introducidas por su ex pareja, Víctor Alfredo Oropeza Romero, en combinación con la fiscal Petra Imelda Hernández La Cruz, una demanda de custodia provisional en el Tribunal Tercero de Primera Instancia de Mediación y Sustanciación de Protección de Niños, Niñas y Adolescente y la otra, de arraigo en el Tribunal Octavo, aprovechando que Yanira se vio en la necesidad de trasladarse al estado Cojedes y no lo hizo a escondidas, Víctor Alfredo tenía conocimiento de su traslado a esa localidad, incluso habían acordado continuar con el Régimen de Convivencia en el cual los dos convinieron ante el Concejo de Protección de Villa de Cura, Estado Aragua, donde tenían fijada su residencia, sin embargo, en su ausencia él introdujo estas demandas sin hacerle ningún tipo de llamado o citación alguna.
Como dirían en la cuarta república, Víctor le dio un madrugonazo judicial a Yanira, los efectos de las acciones judiciales ejercidas en su ausencia nos los dio a conocer ella en un relato explicativo del irrespeto a la ley cuando se es guapo y apoyado:
– Sin imaginarme lo que él había hecho, le entregó la niña a Víctor en sus días de convivencia y a la hora de buscar a mi hija el papá me muestra una custodia provisional y una medida de arraigo, de las cuales yo no tenía el más mínimo conocimiento. Algo inexplicable, le dan una custodia, así como así, sin hacernos una investigación a ambos, ya que él, Víctor Oropeza tiene denuncias y expedientes por ser un hombre violento, de hecho, tiene una orden de alejamiento, además el no cumplía con el pagó de manutención y estudio a pesar de contar con buena posición económica. Lo más increíble es que estando en conocimiento de eso y de lo problemático que él ha sido para cumplir con lo acordado cuando pusieron el régimen de convivencia, le hayan dado a él la custodia provisional y que pretende sea permanente. Yo respondí la demanda de custodia hecha en el Tribunal Tercero, y Víctor, el demandante, nunca asistió a las audiencias y me dan de nuevo la custodia de mi hija, cuando se va hacer la ejecución de la sentencia nos dirigimos al Consejo de Protección de Villa de Cura y en compañía del abogado Francisco Maure y un funcionario de la Policía Municipal, junto a mi abogada, nos dirigimos a buscar mi hija, llegando a su domicilio, el papá de la niña se negó y la encerró.
Refirió Yanira que el policía no hizo nada, ya que Víctor además de ser un conocido comerciante de la zona, “cuenta con la amistad del Fiscal de Villa de Cura y de funcionarios de la policía municipal”, al parecer gracias a esas vinculaciones ha querido imponer su voluntad en relación a su hija, siendo un claro ejemplo de un caso de valimiento:
– Cuando me dirijo al tribunal a exigir el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Tercero -comenta Yanira-, el padre hizo acto de presencia, en el momento en que estábamos acordando un nuevo régimen de convivencia él no estuvo de acuerdo tirándole el bolígrafo a la Juez, y exclamó que iba a hablar con el Juez Rico, ya que lo conocía y sabía que lo iba a ayudar, y así fue, le aceptó una demanda ya vencida de arraigo, porque en el tiempo estipulado que debía llevar pruebas de arraigo, tampoco asistió, pero mediante el amiguismo el Juez acomodó las fechas a su antojo, cuando yo me dirigí a preguntar por el expediente, supuestamente el Juez Luis Rico lo estaba armando digital, lo tenía en la computadora, cuando esa demanda ya había vencido, pero arreglaron las fechas, una demanda sin ser admitida ni pasar por los procesos legales.
De acuerdo al relato de Yanira, el Tribunal Tercero declinó la medida de custodia por solicitud del Víctor el 13-11-2019, “sin la presencia de un abogado ni la fiscal desde ahí empezó una odisea”. Sin desfallecer, esta madre introdujo 3 diligencias junto a su abogada Yulitza González León, buscando respuestas en torno a la custodia de su hija que le acordaron cuando Víctor hizo manifiesto su desinterés por ese proceso al no asistir a las audiencias, una custodia que estaba vigente pero que no ha logrado que se ejecute. Una decisión de un Juez de la República que nadie acata y que en manos de la madre no es garantía de ninguno de los derechos que le asisten. Nunca recibió respuesta, no hubo pronunciamiento alguno en torno a sus pedimentos, generándose una situación fácil de comprender en palabras de Yanira:
– Víctor sigue con la niña y está en desacato de una orden judicial, porque está apoyado por este juez Luis Rico que me violó el derecho a la defensa por negarme el expediente, ya que siempre que lo solicitaba me lo negaba, nunca tuve acceso al mismo, además le ha violado derechos elementales a mi hija al no permitir que vuelva conmigo, porque cada vez que yo iba a ejecutar la sentencia llamaba a los funcionarios y al comandante de la policía a cargo en Villa de Cura diciéndoles que no se metieran en eso, que él era el Juez encargado, lo que quiere decir que si tenía conocimiento, pero no quiso dar respuesta alguna por el amiguismo o negocio que tiene con el ciudadano padre de mi hija.
“El que dándose valimiento o relaciones de importancia e influencia con algún funcionario público”, esto, precisamente esto es lo que es posible afirmar de Víctor Alfredo Oropeza Romero, siendo así, él y el Juez Luis Rico están incursos en un delito que se castiga con pena de prisión.
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