Decenas de miles de mujeres y niños oriundos de 57 países viven en míseros campos de detención en el noreste de Siria, declaró este lunes una experta de Naciones Unidas, que llamó a estas naciones a repatriarlos inmediatamente.
Los campos de Al Hol y de Roj, bajo administración de las fuerzas kurdas, albergan “más de 64.000 personas, en su mayoría mujeres y niños”, explicó Fionnuala Ní Aoláin en una rueda de prensa telemática en Ginebra.
“Estos niños y estas mujeres viven en lo que solo puede describirse como condiciones horribles de seres infrahumanos”, agregó la relatora especial de la ONU para la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo.
Ní Aoláin, que expresó su preocupación por torturas, tratos inhumanos y degradantes, aseguró que la “mayoría” de estas personas son “muy vulnerables” y que la situación de “muchas de ellas es preocupante” en lo referente al respeto de los derechos humanos.
“Esto requiere que estos Estados actúen de manera apropiada”, agregó, antes de comparar las condiciones de detención con las del campo estadounidense de Guantánamo en Cuba.
Entre los países citados por la responsable figuran Francia, Bélgica, Suiza, Alemania, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, China, Australia, India, Pakistán, Rusia y Turquía.
“Es la primera vez que estos 57 países se nombran juntos”, aseguró la irlandesa.
Los extranjeros presentes en estos campos son familia de yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), mientras que los iraquíes y sirios huyeron en su mayoría de los combates de estos con las fuerzas kurdas.
La mayoría de los países, sobre todo europeos, con ciudadanos en estos campos son reacios a acogerlos. Algunos, como Francia, repatriaron a un número limitado de niños huérfanos de padres yihadistas.
AFP