Tiger Woods sufrió un grave accidente automovilístico en Ranchos Palos Verdes, cerca de Los Ángeles, y debió ser operado de múltiples fracturas en sus piernas, informó su apoderado, Mark Steinberg. El golfista estadounidense fue trasladado en ambulancia a un hospital local, tras haber sido atendido en el lugar del hecho por los paramédicos luego de ser retirado de entre los restos de su vehículo por personal de bomberos.
El automóvil del ex número uno del golf mundial sufrió un vuelco en el accidente, ocurrido a las 7:12 hora local, cerca de Los Ángeles. El vehículo terminó muy dañado en el incidente y Woods, según la policía, viajaba solo.
No es la primera vez que Woods se ve involucrado en un accidente de tránsito. Ya había protagonizado uno en 2009 cerca de su vivienda en Florida. Al golfista, que por entonces tenía 33 años, lo encontraron tendido en el piso e inconsciente. Esto se vio agravado poco tiempo después cuando quedó envuelto en otro gran escándalo tras descubrirse una infidelidad conyugal. Varias mujeres afirmaron haber estado con el deportista, quien se encontraba casado con Elin Nordegren, con quien tuvo dos hijos.
Por supuesto, esto derivó en uno de los divorcios más caros de la historia del deporte. Asimismo uno de los mejores golfistas estadounidenses confesó que era adicto al sexo y a las drogas. Esto derrumbó por completo no sólo su carrera, ya que perdió a los patrocinadores y estuvo un largo tiempo fuera de los torneos, sino también su vida, ya que su familia se alejó de él.
Si embargo, el hecho más escandaloso y que hizo un quiebre por completo en su carrera ocurrió en 2017, cuando Woods terminó arrestado después de que agentes de la policía lo encontraron desvanecido junto a su automóvil en Jupiter, un pueblo de Florida, Estados Unidos, donde Tiger tiene un restaurante (“The Woods”).
Eran las 3:00 am y en su ficha de arresto detallaron los motivos preliminares: “Conducir bajo el efecto de alcohol o drogas”. En esa ocasión se justificó afirmando que era por efecto de una medicina que había ingerido sin conocer sus efectos.
El “mugshot” -la foto que se toma al momento de fichar a los arrestados- mostraba un rostro desolado, dolorosamente coherente con la descripción de los policías. Horas después, se difundió un video aún más lapidario. El ex campeón intentaba responder al sencillo interrogatorio de los oficiales que lo habían encontrado, pero le resultaba casi imposible.
El informe policial agregó a sus dificultades para hablar algo que el mismo Woods reconoció: “Incapaz de caminar por sí mismo”. El resultado final del análisis toxicológico desnudaba su verdadero problema: un dolor insoportable en la espalda que lo llevó a consumir un cóctel de medicamentos compuesto por Vicodin, un opiáceo usado como analgésico, y otras tres drogas cuyos nombres nunca fueron confirmados porque los agentes los escribieron mal: “Soloxex, Torix y Vioxx”. En realidad, se cree que se referían a Solax o Solox, Etorix y Viox. Todos buscaban mitigar sus dolores e inflamaciones.
Sin embargo, pudo reponerse de todo y volver a lo grande, ganando un Masters luego de 11 años. “Apenas podía caminar. No podía sentarme. No podía acostarme. Realmente no podía hacer casi nada”, reconoció minutos después de lograr su quinto Masters en 2019. Nadie en su sano juicio podía imaginar que este hombre, cuya imagen final de aquel 29 de mayo lo mostraba desplomado y esposado sobre una silla de la estación de policía, podía volver a colocarse la chaqueta verde con la que sueñan todos los golfistas del planeta.
Por infobae.com
¿Qué ocurrió en los 685 días que pasaron entre esa imagen y las históricas postales del 14 de abril de 2019?
“Por suerte tuve la cirugía en mi espalda, lo que me dio la oportunidad de tener una vida normal. Pero de repente me dí cuenta de que en realidad podía hacer girar un palo de golf otra vez. Sentí que si podía lograr esto de alguna manera, todavía tenía las manos para hacerlo. El cuerpo no es el mismo que hace mucho tiempo, pero todavía tengo buenas manos”, dijo poco después de ganar ese importante torneo.
Por supuesto, las motivaciones no fueron sólo físicas. Para lograr uno de los regresos más dignos de una película que se recuerde en el deporte hubo un trasfondo familiar que no quedó afuera de sus respuestas en la conferencia de prensa. Vale recordar que sus hijos nunca lo habían visto ganar un torneo grande: Woods ganó el último previo a ese Masters, el Abierto de los Estados Unidos, en 2008. El pequeño Charlie es a quien se pudo ver con su emocionada abuela Kultida esperando para abrazar a su padre.
“Esto ha significado mucho para mí y mi familia, este torneo, y tener a todos aquí, es algo que nunca olvidaré jamás”, balbuceó en el momento más emotivo de aquella conferencia.
Luego recordó: “Mi papá ya no está, pero mi mamá está aquí, 22 años después (de ganar su primer Masters, en 1997), y yo gané el torneo. Y luego, tener a Sam (su hijo mayor) y Charlie aquí… Estuvieron en el British Open el año pasado cuando tuve el liderazgo en los últimos nueve, y cometí algunos errores. Me costó la oportunidad de ganar el título de The Open. No iba a dejar que eso les sucediera dos veces… (se ríe). Que vean cómo es que su padre gane un gran campeonato. Espero que sea algo que nunca olviden”.
En aquel entonces, como seguramente ocurrirá ahora, decenas de voces vaticinaron que Woods jamás podrá regresar al gran nivel, y se sabe de qué se habla cuando se menciona “gran nivel” si se trata de Tiger. De un joven que ganó tres veces el Abierto de EEUU como amateur (’94, 95 y ’96) y que tras hacerse profesional tuvo su gran estallido en 1997, cuando apenas tenía 21 años, 3 meses y 4 días y se convirtió en el campeón más joven del Masters, con récord de diferencia de golpes (12) y el marcador más bajo (18 bajo par). Curiosamente, en 2019 se transformaría también en el segundo más veterano con 43 años…
Es además el jugador que más tiempo lideró el ránking mundial (683 semanas) y el que lo hizo en más semanas consecutivas (281). El mismo que antes de los 30 años había ganado 46 torneos (el segundo es el mítico Jack Nicklaus, con apenas 30), y el que por primera vez logró ganar un torneo “major” viniendo desde atrás para superar al italiano Francesco Molinari.
Se ha confirmado que en el golf, nada es imposible para Woods. En realidad, el hombre al que su padre rebautizó “Tigre” en honor a un vietnamita -el coronel Nguyen Phong- que le salvó la vida bajo el fuego del Vietcong, ha tachado la palabra “imposible” de su diccionario de vida.