Protestas por toda Birmania desafían este jueves la violencia de la junta militar después de que la víspera las fuerzas de seguridad mataran a al menos 38 personas en la jornada más sangrienta de la represión contra los manifestantes.
Mientras continúan en varias ciudades las protestas contra el golpe de Estado, miles de personas asistieron en Mandalay al funeral de Ma Kyal Sin, una joven de 19 años que murió el miércoles por los disparos en la cabeza de las fuerzas de seguridad y que se ha convertido ya en un símbolo de la resistencia.
En un ambiente de indignación y rabia tras la sangría de ayer, en ciudades como Rangún, la mayor del país, los vecinos se asomaban a los balcones para gritar consignas contra la junta militar y a favor de que liberen a la líder electa Aung San Suu Kyi.
Su partido, la Liga Nacional para la Democracia, indicó el miércoles en un comunicado que las banderas ondearían a media asta en sus oficinas para conmemorar a los muertos del miércoles.
En dos diferentes puntos de la antigua capital centenares de jóvenes ataviados en su mayoría con cascos de plástico y escudos rudimentarios formaban barricadas para protegerse de las fuerzas de seguridad, que intentaban dispersarlos.
Especialmente tensa es la situación en el distrito de Okkalapa Norte donde al menos 10 manifestantes murieron el miércoles y decenas fueron heridos.
Allí la policía cuenta hoy con el apoyo de soldados de la marina, informó el medio local Myanmar Now.
En Myingyan, ciudad que registró varias víctimas la víspera por los disparos de los uniformados, miles de personas se echaron a las calles para protestar contra el golpe un día más, informó el diario local Irrawaddy.
Varios vídeos muestran como cinco aviones de combate del ejército sobrevolaron esta mañana Mandalay, la segunda ciudad del país y una de las que más han sufrido la violencia de los uniformados golpistas.
La enviada especial de la ONU, Christine Schraner Burgener, cifró en al menos 38 las personas que murieron el miércoles en las protestas pacíficas contra la junta militar, violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
Entre los muertos ayer por disparos de las fuerzas de seguridad se encuentran al menos dos menores.
Además, la ONU cifró en unos 1.200 los detenidos desde el levantamiento militar, de los que en muchos casos los familiares no tienen noticias.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto abordar este viernes, en una videoconferencia a puerta cerrada, la situación en el país, según hizo oficial este miércoles la presidencia de turno del órgano, que ocupa Estados Unidos.
Los manifestantes exigen al Ejército, que gobernó el país con puño de hierro de manera ininterrumpida entre 1962 y 2011, que permita la vuelta a la democracia y reconozca los resultados de las elecciones del pasado noviembre, en las que arrasó el partido de Suu Kyi.
EFE