Río de Janeiro, una de las ciudades de Brasil más golpeadas por el coronavirus, decretó este jueves un toque de queda nocturno y el cierre de cualquier tipo de actividad comercial en sus playas durante una semana debido al avance de la pandemia, que está en su peor fase en todo el país.
Las nuevas restricciones entrarán en vigor a partir de este viernes y se mantendrán vigentes al menos hasta el día 11, según publicó en el Diario Oficial la Alcaldía de Río, que podría prorrogarlas si la crisis sanitaria no reduce su intensidad.
«Queda prohibida la permanencia de personas en las calles, áreas y plazas públicas del municipio entre las 23:00 y las 05:00 horas», indicó el texto.
La Alcaldía también suspendió el comercio y la prestación de servicios en las playas, así como en los paseos marítimos de la ciudad, que en condiciones normales es bastante intenso.
Ello incluye el cierre temporal de los puntos de venta ambulantes, chiringuitos y mercados de artesanías, con la intención de desincentivar la llegada de bañistas, que en las últimas semanas han copado las playas cariocas.
«Todas las medidas tienen un objetivo principal: evitar en 2021 el genocidio que Río tuvo en 2020. En 2020 murió el doble de personas en Río que en Sao Paulo, que tiene el doble de población», explicó el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, en una rueda de prensa.
Paes también manifestó que la adopción de estas restricciones buscan «evitar el cierre total» de la capital fluminense.
EFE