La caraqueña Deisy Rivas Castro murió ayer tras ser alcanzada por una bala perdida mientras cocinaba en su piso de la avenida Páez del Paraíso. El oeste de Caracas fue el centro de un fuego cruzado entre la megabanda del ‘Coqui’ y los agentes policiales y militares con saldo a favor de los delincuentes.
Por abc.es
El enfrentamiento comenzó este viernes cuando los delincuentes no pudieron asaltar la sede del comando de la Guardia Nacional Bolivariana en El Paraíso para robar armas y material militar. Al fracasar en su intento, los jefes de la banda conocidos como el Coqui, Garbis y Vampi tomaron varios puntos de la ciudad, atracando y disparando contra los uniformados y los conductores civiles.
Antonio Dos Santos, esposo de Deisy Rivas, declaró a través de su cuenta de Twitter: «Siempre nos cuidamos en la calle y me la vienen a matar dentro de su propia casa», dijo lastimosamente. Los vecinos grabaron vídeos desde varias avenidas y autopistas de la ciudad y en una de ellas se observa cómo atracaban a un ciudadano, quien suplicando les pedía: «No me mates, hermano te lo juro, soy médico» mientras le arrebataban la moto.
Al final del tiroteo múltiple la megabanda del ‘Coqui’ liberó a tres funcionarios de la Guardia Nacional, retenidos en la Cota 905. Los delincuentes también ejecutaron a cuatro de sus compañeros cuyos cuerpos fueron lanzados por el bajante del túnel de La Planicie, como una especie de ofrenda de paz.
Ese día Caracas fue sometida a una jornada delincuencial que aterró a los caraqueños. Pero lo que más preocupa es ver la libertad con que actúa el hampa, sin ningún tipo de control por parte de las autoridades y fuerzas de seguridad. El régimen ni siquiera dio parte oficial del tiroteo como si no hubiera ocurrido.