La fiscalía japonesa presentó hoy cargos contra los dos ciudadanos estadounidenses que fueron extraditados a Japón por su supuesta vinculación con la fuga del expresidente de Nissan Carlos Ghosn mientras se encontraba en libertad bajo fianza.
Los fiscales consideran que Michael Taylor, de 60 años y exmiembro de las Fuerzas Especiales estadounidenses, y su hijo Peter, de 28, ayudaron a Ghosn en su sonada huida de Japón a finales de diciembre de 2019 mientras el exdirectivo se encontraba en libertad con la condición de no abandonar el país.
Los Taylor fueron detenidos por las autoridades niponas el pasado día 2 a su llegada a territorio japonés, tras haber sido extraditados desde Estados Unidos a petición de Tokio.
La fiscalía considera que los sospechosos facilitaron la huida de Ghosn desde su casa, donde el exejecutivo estaba sometido a videovigilancia, le escondieron en baúl para eludir los controles de seguridad en el aeropuerto de Osaka y contribuyeron a su llegada a Beirut, en un avión privado, después de una escala en Turquía.
Ghosn, quien también fue presidente de Renault y de la firma nipona Mitsubishi, que junto con Nissan forman una alianza, fue detenido en Tokio el 19 de noviembre de 2018 y acusado de irregularidades financieras durante su gestión al frente de Nissan, entre otros cargos.
El exdirectivo, quien posee la triple nacionalidad (francesa, brasileña y libanesa), ha permanecido en el Líbano desde su huida meses antes de que comenzara su juicio, y ha mantenido que es inocente de todo lo que se le acusa y atribuido su arresto en Tokio a luchas internas en Nissan.
Ghosn fue citado a declarar en el Líbano a raíz de la emisión de una circular roja de Interpol sobre el fugitivo por petición de Japón, que también ha solicitado la extradición del exejecutivo, aunque esto parece poco probable debido a la inexistencia de un acuerdo bilateral entre Tokio y Beirut.
EFE