El príncipe Harry, de 36 años, y Meghan Markle, de 39, finalmente admitieron que no llevaban tres días casados cuando celebraron su boda oficial el 19 de mayo de 2018, como ambos habían afirmado en su explosiva entrevista con la periodista Oprah Winfrey.
Por Infobae
Un vocero de los duques de Sussex declaró al medio The Daily Beast que los votos que la pareja se intercambió en el patio de su casa antes de pasar por la capilla de San Jorge del castillo de Windsor fueron “personales”. Es decir, que no tuvieron ninguna validez legal.
Durante su encuentro televisivo con Oprah, Markle dijo: “Tres días antes de nuestra boda, nos casamos. Nadie lo sabe. Los votos que hemos enmarcado en nuestra habitación, son solo nosotros dos en nuestro patio trasero con el arzobispo de Canterbury”.
La ex actriz estadounidense relató que ella y su marido llamaron al arzobispo Justin Welby, y le pidieron que los casara en privado en el jardín de Nottingham Cottage, su hogar en los terrenos del Palacio de Kensington. “Solo nosotros tres”, intervino el príncipe Harry.
Debido a que la supuesta boda secreta se habría celebrado sin los testigos requeridos en Reino Unido y fuera de un lugar autorizado por la iglesia anglicana, ya entonces muchos medios pusieron en duda su legalidad. Hasta que el diario británico The Sun consiguió la prueba definitiva de que el matrimonio se celebró el 19 de mayo de 2018 y no antes: la copia del certificado matrimonial de los Sussex, expedido el día de la ceremonia real con el príncipe Carlos y Doria Ragland, madre de Meghan Markle, como testigos.
El documento que el tabloide británico obtuvo de la Oficina del Registro General confirmaba que las nupcias registradas tuvieron lugar esa fecha y no tres días antes.
“Lo siento, pero Meghan está obviamente confundida o desinformada. No se casaron tres días antes frente al arzobispo de Canterbury”, dijo Stephen Borton, el funcionario que ayudó a redactar el documento que les permitió casarse en la ceremonia en Windsor.
“La licencia especial que ayudé a elaborar les permitió casarse en la capilla de San Jorge y eso fue lo que pasó allí el 19 de mayo de 2018. Lo que millones de personas en todo el mundo vieron fue la boda que la Iglesia de Inglaterra y la ley reconocen como oficial”, explicó Borton al periódico The Sun. “Cualquier certificado que ella pueda tener de sus votos en la pared de su habitación no es un certificado oficial de matrimonio”, añadió.
El periódico indicó que pagó cerca de USD 58 por el certificado de la pareja real, que enumera a Harry como “soltero”, su ocupación como “Príncipe del Reino Unido” y Markle como “divorciada” y “actriz”. En el documento también aparece el nombre de Thomas Markle, el padre de Meghan, quien figura como director de fotografía.
A principios de 2020, los duques de Sussex anunciaron que renunciaban a sus deberes reales y se mudaban a los Estados Unidos. La pareja -que espera su segundo hijo- compró una mansión de USD 14 millones ubicada en Santa Barbára y firmó contratos millonarios con firmas como Netflix y Spotify tras no recibir más ayuda financiera de la familia real.
En su entrevista con Oprah que se transmitió a principios de mes, la pareja alegó que Meghan fue víctima de racismo y maltrato durante el tiempo que trabajó como miembro de la Corona, y además afirmó que Archie no recibió un título real por decisión de la institución.
El Palacio de Buckingham dijo que las alegaciones eran “preocupantes” y que las tomaría “con mucha seriedad”. No obstante, aclararon en su escueto comunicado que lo “tratarían en privado”. En tanto, el príncipe William aclaró que “su familia no es racista” cuando fue abordado por la prensa durante un acto público en el que acudió con Kate Middleton.
Días más tarde se supo que Harry se había comunicado con su hermano y su padre, el príncipe Carlos, pero que las conversaciones “no habían sido productivas”.