María Belén Maldonado, “Belu” es graduada en Administración de Empresas, pero otra área profesional muy diferente a su carrera es la que está causando furor y la ha colocado en tendencia.
“Belu” es una muy reconocida motivadora o Health Coach y esto lo logró luego de complejos procesos de salud. Superados éstos, ahora es una inspiradora de vida gracias a sus conocimientos adquiridos en el área nutricional, los cuales viene aportando a una gran cantidad de personas de todos los ámbitos quienes han logrado modificar malos hábitos y transformar sus vidas.
Argentina de nacimiento y con estudios fuera de su país, Belu cada vez es más requerida por su manejo y conocimiento sobre el tema, ya que ella vivió en carne propia los trastornos y los diferentes procesos que la hicieron alcanzar el éxito y afrontarlo de la mejor manera, ayudando a los demás.
En una entrevista vía telefónica con La Calle desde la ciudad de Miami, Belu nos contó parte de su experiencia y nos dio condimentos de su personalidad en un franco y ameno diálogo.
Duros procesos, avances y caídas son parte de tu vida antes de convertirte en una experta en nutrición y Health Coach ¿Qué dejaste atrás y qué mantuviste de ese pasado que hoy te sirva en tu presente?
“La verdad es que dejé de darme tanto látigo mental, el principal peso que yo tenía que perder no estaba en mi cuerpo. Así cómo tenía listas rígidas de “permitidos” en mi plato, las tenía en mi vida. Tenía planes, fríamente calculados…. bastante rigurosos. Luego venía la vida real a interferir y cada tropiezo detonaba mi psicolátigo. Esto me pesaba demasiado. Entendí que mi hambre era emocional, cambié mi enfoque para darle valor a las cosas que si “pesan”. Me di cuenta de que con o sin látigo incluido, ante los tropiezos tenemos dos opciones para atravesarlos: azotarnos sin piedad o tenernos paciencia, compasión, valorar su enseñanza y fluir.
Aprendí que hacer las paces con mis ritmos y darme crédito por mi progreso, a pesar de lo negativo, me hacía sentir mejor. Ésta es la lección más importante: cuando te hablas más bonito es más fácil es el camino. Aún disfruto haciendo mis planes, entrego el 100% de mí en cada uno, pero ahora veo en cada tropiezo la oportunidad de mejorar y agradezco la experiencia”.
¿Es cierto que uno es lo que come?
“¡No! Rotundamente: No eres lo que comes… ¡Somos mucho más que eso!
Yo creo que lo que comes no te define, eso sería reducirnos a un par de elecciones.
Porque la comida para nosotros es una experiencia, va más allá de una lista de restricciones. Somos seres emocionales, comer es parte de nuestra cultura, nos acompaña en nuestras derrotas y triunfos. Nuestras emociones, estrés y estilo de vida afectan nuestro equilibro hormonal, comer muy saludable sin tener en cuenta estas áreas no garantiza salud. El balance es vital dentro y fuera del plato”.
¿Qué significado o importancia tiene el motivar a las demás personas a llevar una vida más correcta en sus hábitos alimenticios?
“Compartir el aprendizaje de mi experiencia, convertirlo en una herramienta para otros es un triunfo para mí. Ayudarlos a sentirse bien, me hace feliz.
Además, conozco el sufrimiento, sé lo que es matarse de hambre o entrenando sin ver resultados. Sé que se siente “hacer todo bien” pero que no resulte el plan, yo también cuestioné mi “fuerza de voluntad”.
¿Crees que tu ejemplo y regímenes alimenticios les funcionen a todos?
“No necesariamente, cada persona tiene distintas tendencias, sensibilidades y rutina. No creo que un “régimen” alimenticio sea indispensable, a menos que haya una condición específica de salud. Lo que sí sé es que, si comes mejor, con un plan balanceado que tenga de todo un poco, adaptado a tu vida real, es mucho más fácil que lo incorpores a tu rutina y lo mantengas. Tus hábitos te darán resultados permanentes”.
¿Ya la gula ya no forma parte de tus pecados capitales?
“Sinceramente no, me liberé de eso cuando hice las paces con la comida. Para mi comer nunca será un pecado, porque no creo que haya alimentos “prohibidos”. Lo que elijo comer dependerá de la ocasión, siempre busco la mejor opción. Pero “lo mejor” cambiará según la situación, la mayoría de las veces prefiero algo nutritivo, pero si estoy hormonal iré por un chocolate, si estoy con amigos quizás será pizza o helado.
Todo es cuestión de frecuencia y porciones. El pecado, en todo caso para mí, sería darse un gusto sin disfrutarlo”
Pasaste por muchos y difíciles procesos de salud: ¿Cómo superaste el hipotiroidismo, la gastritis, el estreñimiento y la hipotensión?
“Primero desfilé por distintos doctores, tratamientos, diagnósticos y pastillas. Mejoraba momentáneamente pero tarde o temprano volvían los síntomas, simplemente porque los hábitos no cambiaban. Tuve que crear mi balance dentro y fuera del plato:
Cuando fui estudiando, descubrí que mientras más natural mejor, dejé de “solucionar” con productos light o premezclados (ultraprocesados). Lo que prácticamente me obligó a ponerme muy creativa en mi cocina inventando opciones fáciles y rápidas pero nutritivas para resolver a diario. También entendí que el estrés uno de los peores detonantes del desequilibrio hormonal y además desata un sinfín de problemas de salud. Por eso “primero mi paz y al garbanzo lo demás”, la vida tiene suficientes desafíos como para complicarnos sin sentido. Trabajé mucho en cambiar mi enfoque, no fue fácil aprender a agradecer lo bueno mientras transitaba lo malo, pero es una elección, que si se practica, se puede convertir en un hábito también”
¿Cómo son tus recetas BBB?
“Primero aclaremos que receta saludable, no necesariamente está balanceada, pueden ser altas en carbohidratos o grasas, con muchos nutrientes, pero aportando muchas calorías también. Mis recetas BBB cumplen con estas condiciones: Balanceadas, básicas y buenazas. Como buena administradora, me preocupo por la “eficiencia” en el uso mis recursos. Busco balance entre cantidad y aporte calórico: Las formulo para que las porciones sean lo más grandes posibles con el menor aporte de calorías. Utilizo ingredientes de calidad, pero accesibles y siempre ofrezco sustitutos (opciones sin gluten, sin lácteos o sin nueces.) Además, tienen que ser básicas: fáciles, prácticas, sin mucho rollo, porque sino yo no las haría. Y buenazas: sabor para el alma y amigables al bolsillo. Creo mis recetas BBB en tablas de Excel, luego viene la batalla en mi cocina y finalmente la aprobación de calidad (El paladar de Alejandro, mi esposo). Algunas salen bien, otras… no tanto. A veces se gana, a veces se pierde, siempre se aprende. Además, entre tanto ensayo y “terror” salen ideas nuevas”.
¿Cómo hacen las personas interesadas en tus regímenes para tener acceso a ellos?
“Yo no ofrezco regímenes, eso no me funcionó. Yo le enseño a las personas a comer mejor, los acompaño en cada paso mientras transforman sus hábitos, su cuerpo y encuentran su balance.
Para eso primero tenemos una sesión de evaluación (gratuita) dónde podemos conocernos, conversar y así puedo entender cómo ayudarlos.
Los guío a través de mi programa personalizado: “Balanceando y Triunfando”, juntos durante 12 semanas, haremos recetas BBB, ajustaremos la alimentación a su vida real y trabajaremos en el hambre emocional, para liberarlos del ciclo de las restricciones”.
Nota de prensa.