Arreaza dijo que Maduro ya habría comprado las vacunas de no ser por las sanciones

Arreaza dijo que Maduro ya habría comprado las vacunas de no ser por las sanciones

Jorge Arreaza, foto: cortesía

 

El ministro chavista de Exteriores, Jorge Arreaza, dijo este miércoles que sin las sanciones económicas impuestas internacionalmente al régimen, Maduro ya hubiera comprado las vacunas anticovid que necesita.

“Si Venezuela no tuviera sus recursos bloqueados [en el extranjero], hubiésemos comprado hace tres meses las 30 millones de vacunas que le hacen falta al país” de casi 30 millones de habitantes, dijo en una entrevista a la AFP en Caracas.





“Como están bloqueados, ahí estamos. Llegan con los rusos unas tantas, llegan con los chinos unas tantas”, añadió.

Estados Unidos, que no reconoce el régimen de Maduro, ha congelado millones de dólares de dinero venezolano en bancos estadounidenses. Y junto con medio centenar de países reconoce al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino del país.

Venezuela ha recibido poco menos de 1 millón de vacunas: 250.000 dosis de las rusas Sputnik V y medio millón de la farmacéutica china Sinopharm, mientras la oposición acusa al gobierno de obstaculizar el ingreso de nuevas dosis.

Su plan de vacunación abarca de momento a personal de salud, maestros y autoridades.

“No solo tuviéramos las 30 millones de vacunas, sino que hubiéramos vacunado a la mitad de la población si no tuviéramos los mecanismos represados en la banca internacional”, añadió Arreaza, canciller desde 2017 y vicepresidente ejecutivo entre 2013 y 2016.

La meta de la administración de Maduro es vacunar este año al 70% de la población.

Nicolás Maduro, dijo también el miércoles, en un acto televisado, que el país enfrenta una “persecución” para comprar vacunas y acordó la compra de 10 millones de vacunas rusas (20 millones de dosis) por 200 millones de dólares, para lo que Arreaza explicó “hay un cronograma de pagos y de desembolso”.

Además de las restricciones producto de las sanciones estadounidenses, la dictadura tiene un proceso “legal” en curso para repatriar unas 30 toneladas de oro venezolano en el Banco de Inglaterra, recursos que según ha asegurado, destinará a atender la crisis humanitaria.

“No es fácil… para los primeros depósitos que se le hicieron a Moscú, lo que nos faltó fue salir corriendo con una maleta con el efectivo porque ninguna ruta financiera nos hacía que el dinero llegara a Moscú”, recordó el canciller venezolano.

“Al final lo logramos, pero mucho más costoso, con más comisiones bancarias, y esos costos son menos vacunas”.

– “Las conversaciones continúan” –

Maduro negocia además su acceso al mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud en medio de una disputa política con Guaidó, que precisamente controla los fondos de Venezuela bloqueados en el exterior por las sanciones.

“Esperamos que a la OPS entren los recursos para la compra de las vacunas en Venezuela, la OPS y al mecanismo Covax, y que nos den nuestras vacunas, que las vamos a pagar”, dijo Arreaza.

El director del Departamento de Emergencias en Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Ciro Ugarte, dijo más temprano que “las negociaciones y las conversaciones continúan y los esfuerzos para desbloquear los recursos de Venezuela en el exterior están todavía en proceso”.

“De tal manera que no se ha hecho el pago para el acceso al mecanismo Covax”, añadió. “Una vez que se haga el pago y que estén disponibles las nuevas vacunas a través del mecanismo, sabríamos qué vacunas estarían disponibles, esas vacunas se ofrecen al país, el país evalúa la situación y decide aceptarlas o no”.

Venezuela –que atraviesa una segunda ola del covid-19, que las autoridades aseguran es “más virulenta” y vinculan con variantes brasileñas– ha reiterado que no aplicará la vacuna de AstraZeneca, dispuesta inicialmente por la OPS, por sus posibles efectos secundarios.

Tras esa decisión, Guaidó acusó al chavismo de “poner obstáculos a una urgencia”, pidiendo autorizar la entrada de las vacunas.

El gobierno reconoce unos 165.000 casos y casi 1.700 muertos, números que oenegés como Human Rights Watch han cuestionado al considerar que existe un elevado subregistro.

Con información de AFP