Roger Dean, de 51 años, fue asesinado a tiros el 21 de noviembre de 1985. Su asesinato sigue sin resolverse.
La evidencia de ADN tomada de una botella de agua utilizada por el sospechoso durante un vuelo a través del país ayudó a los investigadores a resolver un caso sin resolver de décadas.
Por 9 News
Traducción libre de lapatilla.com
La víctima, Roger Dean, fue asesinado en su casa de Lone Tree el 21 de noviembre de 1985. El perpetrador había entrado a la casa mientras su rostro estaba cubierto con un pasamontañas, obligó a Dean a atar a su esposa, exigió los 30.000 dólares en sus ahorros, se metió en un altercado con la víctima que terminó con disparos y fue visto por última vez corriendo por la calle de su vecindario y dentro de un automóvil que, según testigos, se alejó a toda velocidad.
Michael Jefferson, de 64 años, es ahora el sospechoso del crimen, anunció el alguacil del condado de Douglas, Tony Spurlock. Enfrenta cargos por asesinato en primer grado y secuestro, y fue extraditado de Los Ángeles a Colorado a principios de este mes.
Está previsto que Jefferson comparezca ante el tribunal el 14 de abril y está detenido sin derecho a fianza.
El pelo en el pasamontañas dejado en la escena del crimen finalmente resolvería el caso, según una declaración jurada de arresto hecha pública el viernes por la tarde.
La tecnología de 1985 no pudo deducir información útil de ADN a partir de esa pequeña evidencia, pero en 2003, la Oficina de Investigación de Colorado (CBI) finalmente pudo desarrollar un perfil e ingresarlo en una base de datos nacional.
No hubo aciertos.
En 2018, los investigadores hicieron que otro laboratorio desarrollara un análisis diferente, y en 2020, un investigador que estaba bien versado en la genealogía del ADN pudo determinar las personas que probablemente eran los padres del sospechoso, dice la declaración jurada.
Esa familia tenía dos hijos y Jefferson era uno de ellos.
Según la declaración jurada, la investigación subsiguiente reveló que Jefferson vivía en Colorado en 1985 y tenía antecedentes penales en Denver.
Las fuerzas del orden comenzaron a monitorear a Jefferson, según la declaración jurada, y dos oficiales abordaron el mismo vuelo de Spirit Airlines que él entre Los Ángeles y Nueva Orleans.
“Durante el vuelo, los detectives vieron a Michael bebiendo de una botella de agua de plástico”, dice la declaración jurada. “Durante el vuelo, Michael descartó la botella de agua entregándola a una asistente de vuelo para que la tirara a la basura. Los detectives interceptaron el triturador y recogieron la botella de agua sin que Michael lo supiera”.
Las pruebas de CBI determinaron más tarde que el ADN encontrado en la botella de agua era consistente con el perfil de las muestras recolectadas del pasamontañas en 1985, dice la declaración jurada.
Había otra parte del rompecabezas.
En 1990, la esposa de Dean recibió numerosas cartas y llamadas telefónicas de un hombre misterioso que le exigía que devolviera los 150.000 dólares que, según él, le debían. La persona que escribió la carta amenazó con matar a la hija de la pareja e incluyó detalles sobre el asesinato que los investigadores creen que nadie más que el perpetrador lo sabría.
En este caso se excedió el plazo de prescripción, dice la declaración jurada, y los investigadores nunca pudieron determinar quién escribió las cartas de extorsión o hizo las llamadas.
Jefferson estaba en Denver en el momento en que se enviaron las cartas. Un investigador que abordó el vuelo a campo traviesa con Jefferson también escuchó las llamadas telefónicas grabadas enviadas por el creído remitente de las cartas y creía que las voces sonaban igual, dice la declaración jurada.
Si bien la declaración jurada enumera cómo los investigadores vincularon a Jefferson con el crimen con evidencia de ADN, no entra en el motivo del asesinato de Dean ni explica si conocía al sospechoso.
Dean era un esposo y padre que, según Spurlock, tenía una floreciente carrera comercial en el área metropolitana de Denver.