El sufrimiento se ve en sus ojos, el dolor de su enfermedad se refleja en su físico. Son 117 presos del Centro de Detenciones y Arrestos Preventivos de la Costa Oriental del Lago, conocido como el retén de Cabimas, que sufren y están luchando para sobrevivir a la tuberculosis que padecen.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) pudo constatar las condiciones en las que sobreviven estos 117 presos, quienes están distribuidos en cuatro áreas del retén de Cabimas.
Según la información recabada son 70 los enfermos que están en el pabellón A, 18 en el pabellón B, 22 en el pabellón C y otros 7 en el área de funcionarios, para un total de 117, de los cuales 72 están en muy graves condiciones.
Pocos caminan, se pueden ver acostados en camas improvisadas o en el piso, los que caminan lo hacen con ayuda de otros compañeros; el cansancio no los abandona al igual que la tos, algunos escupen sangre.
Todos estos hombres también están desnutridos, sus huesos se ven pegados a la piel. Son pocos los que reciben atención médica y varios han pagado con su vida.
La mayoría de los reclusos enfermos no reciben visita, por lo que no cuentan con una alimentación adecuada; mientras que otros son de muy escasos recursos y no tienen dinero para comprar el tratamiento.
Asimismo, el equipo del OVP pudo observar que los enfermos del retén de Cabimas están aislados del resto de la población y se atienden entre sí.
En ese sentido, los reos enfermos improvisan su cocina y para prender el fogón utilizan plástico, madera o lo que tengan a mano, cuya humareda afecta aún más su condición de salud. Habitualmente hacen una sopa con verduras o alguna sobra de comida.
Son 1.028 reclusos que actualmente conviven en el retén de Cabimas, quienes temen por el inminente contagio de tuberculosis y además porque cada vez son más los presos que no reciben los alimentos por parte de sus familiares, debido a las restricciones de la cuarentena por COVID-19 y la imposibilidad de trasladarse entre municipios o estados.
Inmersos en una gran preocupación y luchando cada día contra el abandono, los presos del retén de Cabimas claman ayuda y atención médica inmediata para estos enfermos, pues aseguran que les duele cada vez que uno de ellos muere sin que puedan hacer algo para salvarle la vida.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones