La identidad de una pareja suburbana que mantuvo a un esclavo en su casa de Melbourne durante ocho años puede revelarse por primera vez.
Una pareja de Melbourne que pagó a una abuela india 3,39 dólares al día para estar a su disposición durante ocho años fue declarada culpable de esclavizar a la mujer.
Por News
Traducción libre de lapatilla.com
Kumuthini Kannan y su esposo Kandasamy fueron declarados culpables de poseer intencionalmente a la mujer como esclava y ejercer el derecho de propiedad de una esclava entre julio de 2007 y julio de 2015.
Después de deliberar durante un día y medio, los miembros del jurado encontraron a la pareja culpable de todos los cargos el viernes por la tarde.
La mujer esclavizada, que ahora tiene 60 años, recibió solo 3.39 dólares por día para cocinar, limpiar y cuidar a los niños durante los ocho años que estuvo atrapada en la casa de los Kannan.
Los nombres de la pareja finalmente pueden ser revelados después de que se levantara una orden de supresión de su identidad luego del veredicto del viernes, a pesar de que sus abogados argumentaron que debería mantenerse en secreto.
El juez John Champion comentó que “había llegado el momento” de que el dúo fuera identificado públicamente luego del juicio de 10 semanas.
Ambos ahora enfrentan una pena máxima de 25 años tras las rejas.
La abuela, nacida en la India, estaba a disposición de los Kannan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, cuando vivía con ellos, relevó el fiscal Richard Maidment.
Su motivación para arriesgar su reputación, puestos de trabajo y posibles enjuiciamientos para mantenerla y albergarla fue “muy clara”, dijo Maidment.
“Querían esencialmente importar una cuidadora de niños y una empleada doméstica auténtica y probada, sabiendo que no podían pagarle casi nada para que pudieran seguir viviendo y manteniendo una casa de cinco habitaciones, que pudieran mantener su estilo de vida”, comentó el fiscal
La condición de la víctima fue descubierta cuando la encontraron temblando en un charco de orina en la propiedad el 30 de julio de 2015. Los paramédicos llevaron a la mujer demacrada al hospital donde se descubrió que pesaba 40 kilo, tenía una temperatura de 28,5 ° C, tenía sepsis y diabetes no tratada.
Se había mudado a Australia en 2007 y le prometieron que le pagarían por hacer las tareas del hogar y cuidar a los hijos de la pareja.
La víctima entregó más de 30 horas de evidencia en video que fue transmitida al jurado. Algo de eso fue grabado mientras ella todavía estaba en su cama de hospital.
La mujer relató que soportó horribles abusos, incluida la paliza con un pollo congelado, que le arrojaron agua caliente y le habían perdido los dientes. “Ella tomaba un pollo, pollo congelado, me golpeará en la cabeza y todo eso”, informó a los investigadores a través de un intérprete.
La mujer reveló en su evidencia que tenía tantas tareas que hacer que solo podía dormir una hora cada noche. “Si me voy a dormir, ella vendrá y me echará el agua y luego encenderá la luz y no me dejará dormir”, contó la víctima.
La mujer esclavizada también quedó atrapada en la casa cuando la familia se fue de viaje al extranjero y el armario de la comida se cerró con cinta adhesiva, se cubrió la estufa y solo se le permitió usar el microondas para cocinar.
Su familia había estado en contacto regular con la mujer hasta 2012, pero eso disminuyó hasta que su hija envió un correo electrónico pidiendo a la pareja que enviara a su madre de regreso a la India.
En una respuesta, Kannan le dijo a la mujer “que se joda” y en otra: “Dile que se vaya a la mierda”.
La familia de la esclava se puso en contacto con las autoridades de Australia que iniciaron una investigación.
Pero el abogado que representó de la Sra. Kannan aseguró que los miembros del jurado no deben confiar en la versión de los hechos de la víctima. “En pocas palabras … ella no era honesta, no era digna de confianza, no era confiable” porque “condiciones duras y de explotación” no equivalen a esclavitud, dijo el abogado Gideon Boas a la corte.
El abogado del Sr. Kannan, John Kelly SC, describió la relación con la esclava como una que era comparable a “madre e hijo” afirmando que la mujer “no se quejó” sobre el trato que le dio su hijo. “La única crítica que se le podría hacer es que necesitaba ser más asertivo en el hogar, eso es todo”, agregó Kelly sobre su cliente.
Cuando se dictó el veredicto, la Sra. Kannan se quedó sin aliento, se llevó las manos a la cabeza y se aferró a su marido.
Sin embargo, a la pareja se le concedió la libertad bajo fianza cuando sus abogados argumentaron que no había nadie más para cuidar de sus tres hijos adolescentes.
El juez preguntó por qué no habían hecho ningún preparativo antes del veredicto.
La pareja “efectivamente colocó un arma en la cabeza de la corte” debido a que no consideraron las posibilidades, comentó Justice Champion.
Sus condiciones de fianza serían similares a una situación de “encierro”, dijo Justice Champion.
El Sr. y la Sra. Kannan volverán a enfrentarse a una audiencia previa a la sentencia en junio.