A un mes del conflicto en en Apure, la batalla ha sido ganada por la opacidad del régimen, el silencio de la Fiscalía General y la Defensoría del Pueblo.
Por: Sofía Nederr // TAL CUAL
Así lo percibe el director de Fundaredes, Javier Tarazona, Organización No Gubernamental (ONG) que lleva el pulso de la situación fronteriza, la cual, advierte es de larga data, pero se desbordó el 21 de marzo.
En entrevista para TalCual, Tarazona relata parte de sus hallazgos derivados de una experticia de 19 años en varios estados del país. Puntualiza que la Fuerza Armada Nacional (FAN) se afianza sobre un estado de evasión frente a la guerrilla colombiana. La denominación que la institución castrense ha concedido a estos adversarios es la de Grupos Irregulares Armados Colombianos Terroristas (Griacolt).
Según ha señalado el jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional (Ceofan), almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso, el combate contra estos grupos “está desprendido de hipocresía; la batalla es de verdad, eficaz y certera. No queremos narcotraficantes, terroristas ni mucho menos guerrilleros en suelo patrio”.
Sin embargo, el director de Fundaredes cuestiona el discurso de los mandos y las operaciones militares en Apure, al tiempo que atribuye un agravamiento de la crisis con la decisión de Nicolás Maduro de incorporar al operativo castrense a las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES). Este cuerpo policial arrastra un aluvión de denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales que han sido elevadas ante las organizaciones internacionales de derechos humanos.
De acuerdo con el registro de Fundaredes, la guerrilla colombiana no se quedó relegada a la frontera, puesto que, asegura, está asentada en varios estados del país.
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