Shuvuuia, un diminuto dinosaurio que cazaba en la oscuridad

Shuvuuia, un diminuto dinosaurio que cazaba en la oscuridad

Reconstrucción artística de shuvuuia deserti. – VIKTOR RADERMAKER

 

Un pequeño dinosaurio terópodo llamado Shuvuuia, parte de un grupo conocido como alvarezsaurios, tenía una audición y una visión nocturna extraordinarias. Un grupo internacional de científicos han descubierto que este animal poseía una lagena -el órgano que procesa la información del sonido entrante (llamado cóclea en los mamíferos)- muy grande y casi idéntica en tamaño relativo a la lechuza común actual, lo que sugiere que Shuvuuia podría haber cazado en completa oscuridad.

Por abc.es





El hallazgo, que se acaba de publicar en la revista ‘ Science’, partió del interés de Jonah Choiniere, profesor de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica) y autor del artículo, en comparar las habilidades visuales y auditivas de los dinosaurios y las aves. El equipo internacional utilizó tomografías computarizadas y mediciones detalladas para recopilar información sobre el tamaño relativo de los ojos y oídos internos de casi 100 especies de aves vivas y dinosaurios extintos.

Para medir la audición, el equipo se fijó en la longitud de la lagena. La lechuza común, que puede cazar en completa oscuridad con solo oír, tiene la lagena proporcionalmente más larga de todas las aves. Por otro lado, para evaluar la visión, el equipo observó el anillo escleral, una serie de huesos que rodean la pupila, de cada especie. Al igual que la lente de una cámara, cuanto más grande se puede abrir la pupila, más luz puede entrar, lo que permite una mejor visión por la noche. Al medir el diámetro del anillo, los científicos pudieron determinar cuánta luz puede captar el ojo. Así es como también el equipo descubrió que muchos terópodos carnívoros como Tyrannosaurus y Dromaeosaurus tenían una visión optimizada para el día y una audición mejor que el promedio, presumiblemente para ayudarlos a cazar.

La gran lagena de Shuvuuia fue un descubrimiento sorpresa para el James Neenan, ex postdoctorado de Choiniere en Wits y otro de los autores del estudio. «Mientras reconstruía digitalmente el cráneo de Shuvuuia, no podía creer el tamaño de lagena. Llamé al profesor Choiniere para que echara un vistazo. Ambos pensamos que podría ser un error, así que procesé el otro oído. Solo entonces nos dimos cuenta del gran descubrimiento que teníamos entre manos. No podía creer lo que estaba viendo cuando llegué allí, se suponía que las orejas de dinosaurio no debían verse así».

Los ojos de Shuvuuia también eran notablemente grandes, ya que tenían las pupilas proporcionalmente más grandes hasta ahora medidas en pájaros o dinosaurios, lo que sugiere que probablemente podrían ver muy bien de noche.

Shuvuuia era un pequeño dinosaurio, del tamaño de un pollo, y vivía en los desiertos de lo que hoy es Mongolia. El esqueleto de Shuvuuia es uno de los dinosaurios más extraños: tiene un cráneo frágil, parecido a un pájaro; brazos musculosos con una sola garra en cada mano; y piernas largas como un correcaminos. Esta extraña combinación de características ha desconcertado a los científicos desde su descubrimiento en la década de 1990.

Con los nuevos datos sobre los sentidos de Shuvuuia, el equipo científico plantea la hipótesis de que, al igual que muchos animales del desierto, Shuvuuia habría sido nocturno, usando su audición y visión para encontrar presas como pequeños mamíferos e insectos, utilizando sus largas patas para correr rápidamente y empleando sus fuertes patas delanteras para sacar a la presa de madrigueras o vegetación.

«La actividad nocturna, la capacidad de excavación y las largas patas traseras son características de los animales que viven en los desiertos hoy .afirma Choiniere-, pero es sorprendente verlos a todos combinados en una sola especie de dinosaurio que vivió hace más de 65 millones de años».