La prueba de anticuerpos para COVID-19, que también se conoce como prueba de serología, es un análisis de sangre que se hace para saber si tuviste una infección con SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19), según la Mayo Clinic. Una prueba de anticuerpos no puede determinar si en el momento estás infectado con el virus de la COVID-19.
Por Infobae
Las pruebas de anticuerpos pueden decirnos si una persona ha tenido una infección en el pasado, aunque no haya tenido síntomas. También conocidas como pruebas serológicas, por lo general se realizan a partir de una muestra de sangre y detectan los anticuerpos que se han generado en respuesta a una infección.
Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario de su organismo poco después de haberse infectado o vacunado. Ayudan a combatir infecciones y lo protegen para evitar que vuelva a enfermarse. La duración de esta protección es diferente para cada enfermedad y en cada persona.
En la mayoría de las personas, los anticuerpos empiezan a desarrollarse al cabo de días o semanas, y pueden indicar si una persona ha estado infectada en el pasado. Las pruebas de anticuerpos no pueden utilizarse para diagnosticar la COVID-19 en las primeras etapas de la infección o la enfermedad, pero pueden indicar si alguien ha tenido la enfermedad en el pasado.
Detectan la huella que dejó el virus en el organismo humano. Es decir, las pruebas serológicas pueden detectar los anticuerpos generados por el sistema inmune después de haber adquirido la infección con el coronavirus.
No deberían utilizarse pruebas de anticuerpos para diagnosticar una infección actual por el COVID-19, excepto en las instancias en las que hay demora con las pruebas virales. Es posible que una prueba de anticuerpos no muestre si actualmente tiene una infección porque el organismo puede tardar de 1 a 3 semanas en generar anticuerpos luego de una infección.