Tras los enfrentamientos violentos en el estado Apure, en Venezuela, más de 6.000 personas continúan desplazados en Arauquita, Colombia, refugiados en albergues que, de acuerdo con las autoridades, ya han sobrepasado su capacidad. Sin embargo, en medio de esta crisis social surgen acciones bondadosas.
Por Jair Díaz / vozdeamerica.com
Buena prueba de ello es Lesny Beatriz Maldonado, una venezolana que se caracteriza por su optimismo y quien, a pesar de ser también desplazada, no deja agradecer las segundas oportunidades.
Ella es enfermera de profesión, y Arauquita no le es un lugar extraño. Todos los domingos cruzaba en lancha las aguas del río Arauca, desde La Victoria, para culminar su carrera. Ahora pone su conocimiento al servicio de sus compatriotas en los albergues.
“Todo era muy bonito, pero en la vida pues, gracias a Dios, Él dice en su palabra que todo no puede ser así, tenemos que tener esto como un tropiezo”, le cuenta a la Voz de América Maldonado, que hoy junto a sus otros coterráneos espera que la situación se soluciones pronto.
Bajo estas duras circunstancias, Maldonado se ha convertido en un apoyo incondicional en uno de los 20 refugios en Arauquita. Ha estado prestando su ayuda como enfermera ante la situación de hacinamiento que ha generado complicaciones de salud en varias de las familias desplazadas que en su mayoría están conformadas por niños y adolescentes.
“Hay niños recién nacidos que han sido hospitalizados tres y cuatro días”, explica Maldonado.
Uno de los pequeños a los que salvó la vida es el hijo de la Aleida Ferias, quien con tan solo un mes de nacido, sufrió complicaciones respiratorias.
“Ella me ayudó con el niño el día que estaba enfermo. Tenía mucho miedo. Ella me ha ayudado. Dijo de hacerle lavados por la naricita, me tomó la temperatura para la fiebre. Me ha estado ayudando en eso”, relata Aleida Ferias.
Según la Cruz Roja Colombiana, más de 1.200 niños mayores de 5 años, 578 menores de 5 años, 119 madres lactantes y 17 mujeres gestantes, se encuentran en condición de desplazamiento desde el pasado 21 de marzo, cuando se iniciaron los enfrentamientos entre la Guardia Nacional Bolivariana y los grupos ilegales colombianos.
De acuerdo con la organización Human Rights Watch, como consecuencia de este conflicto, se han reportado ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, procesamiento de civiles ante tribunales militares y torturas contra habitantes de estas comunidades acusados de, supuestamente, colaborar con grupos armados.
“Arauquita no estaba preparado para atender toda esta emergencia, con las diferentes enfermedades o diagnósticos que venían con esta población”, manifiesta Nelson Parales, Administrador Cruz Roja Colombiana – Seccional Arauca.
Y es que a las enfermedades y dificultades del desplazamiento, se suma un enemigo invisible: COVID-19. De acuerdo con el Secretario de Salud de Arauquita, se han identificado más de 80 casos positivos de la enfermedad, a los cuales se le ha hecho el seguimiento apropiado para evitar el contagio masivo en los refugios.
“Con la unidad administrativa de Salud de Arauca, estamos haciendo una especie de tamizajes y todo el cerco epidemiológico a los casos positivos”, afirma Raúl García, secretario de Salud de Arauquita.
Al tiempo que espera que la situación se solucione pronto para ella y los otros desplazados, Lesny Maldonado le da “gracias a Dios” y espera que este futuro incierto termine pronto.