Ante comisiones parlamentarias que indagan acerca del manejo de la crisis sanitaria, acusó al ministro de Salud y pidió disculpas por los errores cometidos: “Me gustaría decirle a todas las familias de los que fallecieron innecesariamente lo mucho que lo siento”.
Por infobae.com
Dominic Cummings, ex asesor del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, pidió este miércoles perdón por los “errores” cometidos por el Gobierno y por él mismo tras el estallido de la pandemia de coronavirus y aseguró que el Ejecutivo “fracasó” en su gestión.
“Cuando los ciudadanos más nos necesitaron, el Gobierno fracasó. Me gustaría decirle a todas las familias de los que fallecieron innecesariamente lo mucho que lo siento por los errores cometidos y por mis propios errores”, afirmó quien fuera la “mano derecha” de Johnson.
“Cuando los ciudadanos más nos necesitaron, el Gobierno fracasó”
Cummings, que comparece desde las 8.30 GMT ante dos comisiones parlamentarias que indagan sobre el manejo de la crisis sanitaria tras su estallido en marzo de 2020, dijo que tanto diputados, como ministros, funcionarios y asesores “fallaron desastrosamente a la hora de cumplir con los estándares que los ciudadanos tienen derecho a esperar” de ellos.
El parlamentario Greg Clark solicitó a Cummings que brinde ejemplos que demuestren que el secretario de Salud británico, Matt Hancock, mintió sobre la gestión de la pandemia. El ex asesor aseguró que “hay numerosos ejemplos” que lo prueban y enumeró algunos:
“En el verano (boreal) dijo que todos los que necesitaban tratamiento recibieron el tratamiento que requerían. Él sabía que eso era una mentira porque había sido informado por el asesor científico principal y el propio director médico sobre el primer pico, y se nos dijo explícitamente que la gente no había recibido el tratamiento que merecía, muchas personas fueron abandonas a morir en circunstancias horribles”, señaló Cummings.
“Hancock dijo que todos los que necesitaban tratamiento recibieron el que requerían. Él sabía que eso era una mentira”
Además, agregó que justo antes de que él y el primer ministro se contagiaran de coronavirus, Hancock les había dicho en la sala de gabinete que todo estaba bien con los equipos de protección individuales. Cummings manifestó que más tarde Hancock culpó a Simon Stevens, director ejecutivo de NHS Inglaterra. El ex asesor reveló que después de esa reunión el secretario del gabinete dijo que había perdido la confianza en la honestidad de Hancock.
Cummings manifestó que la estrategia inicial del Gobierno para encarar la pandemia se apoyó en lograr la “inmunidad de grupo”, al verse entonces como una opción “inevitable”, algo que el Ejecutivo niega tajantemente.
“La lógica del plan oficial era que la enfermedad se iba a propagar”
“No es que nadie pensara que fuera algo bueno y que lo quisiéramos de forma activa, se veía como algo completamente inevitable y la única pregunta que se formulaba era relativa a cuándo, si se logra inmunidad grupal para septiembre (2020) o para enero (2021) después del segundo brote. Esa fue la asunción hasta el 13 de marzo”, recordó.
Cummings insistió en que “ese era el plan” y admitió que se siente “completamente desconcertado porque el Gobierno esté intentado negarlo, porque ese era el plan oficial”.
Añadió que desde el Gobierno se hicieron varias “asunciones equivocadas en la planificación de la pandemia” con base a ese planteamiento (de que la inmunidad de grupo era inevitable) a comienzos de 2020.
“En esencia, la lógica del plan oficial desde el ministerio de Sanidad era que la enfermedad se iba a propagar, las vacunas no iban a ser relevantes de ninguna manera durante el periodo relevante, y nos dijeron que era una certeza que no habría vacunas disponibles en 2020, algo que también resultó ser una completa equivocación”, apuntó.
Por otra parte, Cummings reveló que el día que quiso introducir la cuarentena por coronavirus en el país, Downing Street se distrajo porque Carrie Symonds, la pareja de Boris Johnson, estaba “completamente loca” por una historia en The Times sobre su perro Dilyn. “Suena tan surrealista que no podía ser verdad”, manifestó.