En diciembre de 2017, Marc Polymeropoulos se estaba aclimatando a su nueva función de principal funcionario de la CIA para operaciones secretas en Europa y un viaje a Moscú era obligatorio.
“Fue un viaje del que ahora me arrepiento porque en medio de la noche a principios de diciembre de 2017 me desperté con un increíble caso de vértigo y un sonido intenso en los oídos que me hacía sentir muy mal. He estado en zonas de combate en Irak y Afganistán, pero nunca experimenté algo como eso”, dijo Polymeropoulos.
Al principio creyó que se trataba de una indigestión, pero cuando no mejoró en los próximos días, regresó al médico.
“Me examinaron médicos del gobierno de Estados Unidos. Hicieron pruebas y empezaron a comprobar si era algo parecido a los que habían sido afectados en La Habana”.
El misterioso Síndrome de La Habana apareció en 2016 cuando un empleado de la embajada de Estados Unidos en la capital cubana acudió a un médico con síntomas similares, entre ellos dolores de cabeza y episodios de mareos. Con el tiempo, dos docenas de personas reportaron dolencias de ese tipo.
En el verano de 2017, se le pidió al neurocirujano de la Universidad de Pensilvania Douglas Smith que evaluara esos casos con los síntomas relacionados con las concusiones, o golpes en la cabeza.
Mientras tanto, las imágenes de resonancia magnética de los cerebros de los afectados no mostraban nada fuera de lo común.
“Los síntomas nos obligaron a recurrir a lo que llamamos neuroimágenes”, dijo Smith.
Esos procedimientos más profundos reflejaron cambios significativos en la masa cerebral de los aquejados.
La comunidad de inteligencia comenzó a considerar la posibilidad de que los rusos estaban detrás de la misteriosa enfermedad. ¿La razón? De acuerdo con la CIA, los agentes rusos ya lo habían intentado.
“Cuando yo estaba en Moscú en los 1970 y 1980, sufrimos un ataque similar dirigido contra nosotros en que nuestra embajada, nuestro personal, era bombardeado por radiaciones de microondas”, dijo James Olson, un exagente de la CIA.
No existe hasta el momento una evidencia pública disponible que vincule a los rusos con los síntomas, pero el año pasado el reporte de la Academia Nacional de Ciencias dijo que los síntomas probablemente fueron causados por “energía de radiofrecuencia dirigida y pulsada”.
No obstante, los autores del reporte dijeron que no podían decir nada concluyente porque no tuvieron acceso a mucha información clasificada.
Smith afirma que el síndrome es real y es algo que ha causado daño cerebral en los pacientes que ha examinado.
En mayo de 2021, el New York Times informó que el total de afectados con el Síndrome de La Habana llegaba a 130.
Marc Polymeropoulos no ha sido diagnosticado todavía y renunció a su trabajo voluntariamente debido a sus persistentes dolores de cabeza y otros problemas de salud.
Por ahora, el gobierno de Estados Unidos dice que no sabe con seguridad lo que ha causado los misteriosos síntomas, pero durante sus audiencias de confirmación, el director de la CIA, William Burns, prometió investigarlos.
Hay reportes de que las investigaciones se han expandido para incluir a los departamentos de Defensa, Estado y la CIA.
Un grupo de senadores estadounidenses ha presentado un proyecto de ley para suministrar ayuda financiera a los empleados del gobierno que sufrieron daños cerebrales relacionados con el misterioso Síndrome de La Habana.